Emmanuel Alvarez Agis salió a responderle a la mesa nacional de Juntos por el Cambio que recientemente emitió un durísimo comunicado alertando sobre la "bomba" que deja el gobierno de Alberto Fernández con la deuda en pesos.
El ex viceministro de Economía de Axel Kicillof, que vive coqueteando con el kirchnerismo y se dedica a monetizar esos lazos con varios clientes no sólo locales sino fondos de Wall Street, dijo que "la oposición no solo no da por tierra con los rumores de no pago, sino que manifiesta públicamente que la deuda en pesos es una bomba".
"Vale aclarar que las bombas no se pagan, explotan", advirtió Agis.
El economista que dirige la consultora PxQ cree que es manejable el stock y el perfil de vencimientos de la deuda en moneda local. Dice que el 14% del total de la deuda del Tesoro + BCRA no paga intereses, el 37% está emitida a tasa fija y el 49% a tasa variable. Y que asumiendo una inflación en el orden del 100%, la tasa real ponderada del Tesoro es de +0,67% anual, y la del conjunto Tesoro + BCRA de -5,8%. "No parecen tasas de interés imposibles de pagar", apunta Agis.
"En un contexto en el cual Argentina no tiene acceso al mercado internacional, el mercado doméstico aparece como la única alternativa para financiar el déficit fiscal", acota. Y Agis dice que si la oposición prevé llevar a cabo un ajuste fiscal de una magnitud tal que elimine las necesidades de financiamiento, la pregunta ya no refiere a la sostenibilidad de la deuda, sino a "la sostenibilidad social y económica de tal programa".
"Es decir, obviando el incumplimiento de contratos que implicaría un default de la deuda en pesos, que no parece ser la mejor forma de comenzar un Gobierno que busque recuperar la confianza, resulta central evaluar la viabilidad de un ajuste fiscal le permita el Gobierno de 2024 eliminar por completo las necesidades de financiamiento del Tesoro", afirma.
Un ejercicio que plantea Agis marca lo siguiente: asumiendo que Massa cumple con las metas fiscales del FMI para 2023, algo que implicaría un déficit primario de 1,9% y un déficit total de 3,7%, cómo podría la oposición, en un escenario donde la bomba no explota, pasar de 3,7% a cero.
"Estresemos al máximo el ajuste fiscal pero sin reducir el gasto social (jubilaciones, gasto en niñez y planes sociales), puesto que ese es el renglón más sensible del gasto", señala. Agis imagina lo siguiente:
- Reducir los subsidios a la energía a la tarifa social (1,1%)
- Llevar la obra pública a mínimos históricos (0,6%).
- Lo mismo con el déficit de las empresas públicas (0,3%).
- Reducir a 0% las transferencias a universidad públicas, tal como en 2017 (0,7%).
- Minimizar el resto de los gastos (0,2%)
Así, el ahorro total sería de 2,9% pero faltaría un recorte de 0,8%. "Este ejercicio muestra la complejidad de equilibrar el presupuesto total del sector público sin afectar gastos que podrían implicar un alto nivel de conflictividad político-social", dice el director de PxQ.
Para Agis, la hipótesis de JxC -si el ajuste es inviable- sería que "mejor que le explote a Massa". ¿Que significa exactamente esa explosión? "Nuestra deducción es que implica descansar en que el ajuste lo haga el mercado, y no el Gobierno. Una crisis de la deuda en pesos implicaría una depreciación del tipo de cambio paralelo, una caída de reservas, un salto del tipo de cambio oficial y, con esto, una aceleración de la inflación. En un escenario donde la crisis económica se traduce en crisis política, la aceleración de la inflación podría hacer el trabajo sucio del ajuste", remarca.
Y recuerda que luego del salto devaluatorio e inflacionario de 2001-2, en 2003 el Tesoro no necesitó financiarse en el mercado local, puesto que la aceleración inflacionaria licuó el gasto al punto tal de poner al fisco en un superávit global.
"Si la oposición percibe que el nivel de ajuste necesario para que el fisco tenga superávit global como inviable, tiene solo 2 opciones. La primera implica aceptar que 2024 tendrá ciertas continuidades en materia de política económica. Si esta opción no parece políticamente viable, la segunda es apostar a que un estallido económico durante el actual gobierno haga el ajuste", repite Agis. "Deseamos lo primero, tememos lo segundo", concluyó.
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