Además de tapitas de plástico, en el punto de acopio de éstas, ubicado en la explanada del palacio municipal, terceros dejan basura y hasta aparatos electrónicos que deberían desecharse en contenedores dispuestos exclusivamente para ello, pero que ya no existen en este sitio.
A finales de octubre pasado, en la explanada aún existía uno donde la población podía dejar ahí cualquier dispositivo electrónico que ya no le sirviera, a fin de evitar que terminaran en el relleno sanitario o arroyos y contaminaran el subsuelo.
Sin embargo, tras recogerse todos los aparatos que la gente depositó en ese contenedor, se retiró. Si bien se advierte uno en la explanada, se utiliza para el depósito de hojarasca y otros desechos sólidos.
De acuerdo con el Inventario Nacional de Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos del Proyecto Residuos COP, retomado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el 6 por ciento de aquellos que se generan cada año en el país, cuentan con materiales altamente contaminantes, como metales pesados, baterías y plásticos con retardantes de flama, los cuales pueden provocar graves daños a la salud y al medio ambiente.
Por lo anterior, se requiere un tratamiento adecuado para evitar afectaciones a la salud; sin embargo, al menos en lo que va del año ni siquiera se ha dispuesto un contenedor adecuado en la explanada municipal, por lo cual quienes anteriormente depositaban en este sitio sus desechos electrónicos, ahora los dejan en la estructura de corazón destinada al acopio de tapitas de plástico, en apoyo de personas con cáncer.
Entre la basura electrónica que se arrumbó allí, figuran cables, tóners, cargadores y hasta módems, que en esta temporada de frentes fríos, los cuales se ven acompañados de lluvias, representan un riesgo para la salud.
Por Andrea Galicia
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