“Hace 12 años que la plaza interna del barrio de Eseba es un aguantadero. Hay botellas, vidrios, piedras, yuyos altos y se puede observar por las noches gente teniendo sexo o consumiendo sustancias”, narró un vecino del sector.
“Estamos cansados de este panorama pero todo el mundo hace oídos sordos. Para colmo, el delegado envió a cortar los juegos y los mismos están dispersos en el lugar”, expresó.
“Este panorama genera suciedad e inseguridad. Este espacio no tiene ni cumple ninguna función social, por lo que pedimos que alguien tome cartas en el asunto. ¿Esta es la ciudad que queremos? ¡Una vergüenza!”, agregó Alejandro.
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