“Estos plazos son superados ampliamente y muchas veces el cliente, que es un afiliado, termina descreyendo de la propia justicia”, manifiesta el doctor Torres.
Raquel de Luca, mamá de la pequeña Ailín, de 11 años, presentó un recurso de amparo contra el IOMA porque su hija no recibe el tratamiento necesario. La niña tiene una lesión cerebral producto del parto, está en silla de ruedas, no habla y se alimenta por sonda nasogástrica.
El abogado Jerónimo Torres habló con La Verdad sobre lo que está ocurriendo en IOMA, destacando que “esto no es de ahora, viene de larga data. Lo grave de lo situación es que una persona tenga que hacer un recurso de amparo para recibir una prestación por la cual tributa mensualmente o tiene un beneficio social por el cual IOMA debe darle cobertura. Lo peor de todo es que ni siquiera con esta medida termina dando la prestación adecuada, sin mencionar el problema de la burocracia. Aclaro que acá hay que salvaguardar la buena predisposición de las personas que atienden a nivel local, que hacen la gestión, mandan los papeles a La Plata y la prestación no se autoriza o se hace tardíamente, cuando las situaciones son muy graves, como chicos con capacidades especiales, prótesis o medicamentos”.
“Los amparos, en su mayoría, se cumplen pero luego de un tiempo excesivo, aunque la orden judicial indique que tiene que ser en un plazo de 48 horas a 72 horas. Estos plazos son superados ampliamente y muchas veces el cliente, que es un afiliado, termina descreyendo de la propia justicia. En cambio, si esto ocurre en Pami, cuando hay sentencia de los amparos, cumplen más rápidamente”, puntualizó.
Torres manifestó que “a nivel local, la gente remite la documentación inmediatamente, pero siempre piden algo más y todo se convierte en un círculo. Lo peor es que detrás hay personas en total estado de desesperación por la patología que sufre y se suma esta cuestión burocrática”.
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