"Hemos encargado un estudio de costo a la Facultad de Ciencias Económicas y también hemos expresado que la tarifa de 3,90 pesos es muy baja. Se ha profundizado el deterioro del servicio, las empresas no pueden cumplir con la renovación de los vehículos", expresó Cazorla.

El lamento del empresario no es casual. Los transportistas están en plena negociación paritaria con la Unión de Tranviarios Automotores (UTA). Es decir, que para Casorla el aumento en el salario de los trabajadores lo debe afrontar el usuario. La situación no es novedosa. Cada año Aetat hace planteos similares. Cada año el gobierno otorga subas en el boleto. A pesar de esto las unidades nunca mejoran, las inversiones de las empresas son mínimas, la frecuencia con que circulan los colectivos, desesperante. Llegar a tiempo a destino es, prácticamente, una lotería.

La falta de responsabilidad empresarial es una constante en este rubro y las ganancias extraordinarias.