El ex presidente apura por la falta de gestión. La privatización de Aerolíneas Argentinas está en la lista de demandas, pero no es la única. Hasta ahora, no hubo respuesta. Cruce y confusión por la decisión del gobierno de no acompañar una reforma sindical en Diputados.
Por
CARLA PELLIZA
El vínculo de Mauricio Macri con el gobierno tiene una lectura amigable y otra derrotista, según quien la describa. El ex presidente muestra una estrategia marcada que, para ser exitosa, necesita del paso del tiempo, de la erosión de Javier Milei y de la ansiedad de la ciudadanía por ver alguna mejora en su situación. El líder del PRO no quiere cogobernar con La Libertad Avanza, pero quiere discutir los términos y condiciones de la lapicera, de la conducción del nuevo polo de centro derecha.
Para marcar la distancia con el gobierno, el macrismo exhibe los dos únicos nombres que negoció el PRO para que ingresen a la gestión. Diógenes de Urquiza, que ocupó el lugar de Julio Garro una vez que salió eyectado del gobierno, y Cristian Larsen, que comanda los Parques Nacionales. ¿Qué pasó con nominaciones amarillas en el directorio de YPF? Nada. Los rumores están desde el verano. Las filas amarillas lo toman como un gesto más de independencia.
Desde el sector crítico de Macri también miran esas dos únicas nominaciones del PRO pero para mostrar la falta de éxito de Mauricio en su negociación con la Rosada. Javier Milei le dice que sí pero, al mandarlo a hablar con Santiago Caputo, no puede avanzar. Larsen no fue una negociación del líder PRO, sino que es un nombre de Patricia Bullrich. Diógenes de Urquiza fue una contención para dejar contento al ex jefe de Estado e impedir una invasión.
Luego, la única recomendación que Mauricio le hizo a Milei fue la de Cristian Ritondo al frente de Diputados. “Es una decisión del gobierno”, se dijo en filas amarillas ante la consulta sobre el avance de este consejo. Martín Menem es una persona cuestionada por el macrismo por su mal manejo de las estrategias y vínculos parlamentarios. Con el jefe de la bancada PRO a la cabeza de la Cámara, se estima que muchos espacios reacios podrían acercarse más fácilmente, permitiendo impulsar una agenda.
El PRO sigue con la intención de impulsar proyectos que todavía no encontraron cauce. Entre ellos están ficha limpia, la boleta única en papel (que ya tiene la sanción de ambas Cámaras, pero Diputados tiene que definir si acepta o no los cambios que propuso el Senado), la ley de tenencia de armas, la privatización de Aerolíneas Argentinas y la necesidad de modificar el decreto de acceso a la información pública. Son ítem que se vienen dialogando hace tiempo pero que aún no fueron resueltos.
La falta de movimiento es una de las críticas principales de Macri a esta administración. Para el ex presidente, Milei distrae con la discusión económica pero, si se corre la mirada de ese debate, no mostró ningún resultado. No hay gestión, no hay mejoras en la vida de la gente. Algo de esto planteó Alejandro Fantino cuando despotricó contra el presidente. Llegará un punto en que la gente se encontrará cansada de esperar o de acusar a otros por las malarias actuales.
Este miércoles hubo un episodio más de desprolijidad gubernamental. La comisión de Legislación del Trabajo, presidida por Martín Tetaz, se disponía a dictaminar una reforma sindical pero, a último momento, el oficialismo se bajó del barco y se tuvo que cancelar la reunión. A diferencia de la avanzada de LLA contra jubilados y universidades, este tema sí es de interés libertario y la oposición dialoguista lo venía conversando con ellos hace varios meses.
Sin ningún argumento, la diputada Alida Ferreyra informó que, por órdenes superiores, no iban a acompañar el dictamen. Durante el debate en comisión le dieron todo lo pedido a LLA, no hubo una discrepancia en la negociación, estaban de acuerdo y, de golpe, cambiaron de opinión. En la UCR se descuenta que estarán las firmas y el PRO tuvo que sacar un comunicado para mostrar su interés en avanzar con la ley, despegándose del gobierno que quiso diluir el papelón con los aliados amarillos, sin éxito. La semana que viene se volverá a intentar y, de no modificarse el escenario, el gobierno quedará expuesto en su contradicción.
Según el informe Pensar Social, de la Fundación Pensar del PRO con datos de Casa Tres, creció llamativamente la cantidad de personas que se autoperciben de clase social baja, pasando del 17% en 2023 al 34% en agosto de este año. Algo similar sucedió con quienes se consideran de clase media baja, que aumentó del 29% al 35%. Como contrapartida, se redujo la cantidad de ciudadanos que se consideran clase media (del 43% al 25%) y clase media alta (del 8% al 4%).
En línea con esa mutación económica y social negativa, casi la mitad (48%) considera que tiene peor presente que sus padres, evidenciando que ya no hay sensación generalizada de progreso generacional. El número rojo se profundiza en la clase baja, alcanzando al 55% y en la clase media con el 45%.
Si bien lo más dramático de la actualidad golpea en los sectores bajos, la parálisis económica impacta también a los altos. El 70% de los sujetos ubicados en un nivel socioeconómico bajo tuvo que resignar algún consumo, algo que también tuvo que hacer casi el 60% de los percibidos en un nivel socioeconómico alto.
El panorama, muy complicado por la desconexión entre la celebración del déficit cero y la falta de resultados en la micro, modificó las expectativas a futuro. Según Casa Tres, la percepción de que la situación económica personal estará peor al finalizar el gobierno de Milei superó a la sensación de que va a mejorar (39% vs 38%). A nivel país, la expectativa positiva y la negativa se encontraron en el 39%, con un descenso de la primera y un aumento de la segunda.
Avanzadas tímidas son parte de la falta de gestión que Macri le adjudica a Milei. Privatizar Aerolíneas Argentinas es uno de los pedidos del ex presidente para que el jefe de Estado muestre que realmente quiere avanzar con cambios significativos. Desde el Senado, donde fuentes radicales se vieron dispuestas a discutir pero vaticinaron un fracaso del gobierno o, al menos, pidieron poner en valor la empresa antes de venderla, otra banca solicitó una privatización responsable.
Varios requisitos fueron puestos sobre la mesa para pensar en dar esta discusión: papeles, números oficiales, información financiera sobre la empresa, y un debate en la comisión bicameral encargada de abordar este tipo de ventas. No hay disposición para aceptar privatizaciones por decreto, sino en forma individual, con proyectos de ley.
En el Senado, el gobierno podría encontrar aliados más sólidos ya que nació un nuevo interbloque, Las Provincias Unidas. El espacio, como adelantó El Destape hace unos meses, será presidido por Carlos Espínola y estará compuesto, además de por él, por Edgardo Kueider, Alejandra Vigo, Juan Carlos Romero, Edith Terenzi y Lucila Crexell. Serán una “oposición responsable, de diálogo y búsqueda de consensos”.
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