El PRO alertó a los libertarios sobre la posibilidad de perder dos distritos clave en caso de no ir unificados en un mismo frente. Las variables que ilusionan al macrismo con una victoria impensada.
Por
CARLA PELLIZA
Mauricio Macri ya asumió que la distancia con Javier Milei es cada vez más importante. A diferencia de sus gobernadores, fortalecidos en territorio, el ex presidente no encuentra el hueco para acomodarse en una nueva alianza de derecha. Si logra sortear las voluntades de los que no quieren pactar con el PRO, se encuentra con las condiciones poco favorables que los libertarios intentan imponer. No hay nada atractivo allí.
Para Macri, la batalla central es la Capital Federal y, como hace algunos meses, los amarillos tienen como posibilidad concreta un PRO primero o segundo. La catástrofe vaticinada por los libertarios, por los bullrichistas y por los encuestadores, bajo el ojo optimista del macrismo, podría no concretarse en 2024.
Mauricio lo dijo en el evento de cierre de año del partido que fundó hace más de 20 años. También lo manifestaron en su entorno: la distancia con el gobierno es cada vez más grande. De acá al 15 de abril, todavía habrá tiempo, sin embargo, para intentar acercar las posiciones. De no lograrlo, habrá que ver si se concreta la advertencia amarilla.
Escenarios electorales
Si determinadas variables se acomodan, Milei podría perder la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, todo en el mismo día. En la orilla macrista avisaron sobre la posibilidad de, ante un peronismo unido y magros resultados económicos, con la derecha dividida, La Libertad Avanza caiga derrotada ante Cristina Kirchner en el territorio más poblado del país.
Pero el escenario podría complicarse, analizaron los amarillos, si en la CABA se logra una alianza entre Unión por la Patria y el sector progre de lo que fue Juntos por el Cambio (algo que se contempló pero no pareciera ser la opción más fuerte por estos tiempos). Ante la posibilidad certera de que el propio Mauricio sea candidato, el futuro libertario podría ser negro, con tapas derrotistas en los diarios de todo el país.
Para el macrismo, sería catastrófico, para el gobierno, una derrota semejante. Aseguran que los libertarios conocen este peligro pero, al mismo tiempo, en La Libertad Avanza no pareciera importarles demasiado. La estrategia del gobierno es bastante clara: pasar por encima de los presidentes de los partidos que integraron Juntos por el Cambio y acordar en cada distrito puntual con los dirigentes.
Para el 2025 no sólo van a importar las alianzas. Lo que va a ser clave van a ser los nombres. Hace tiempo que gran parte de la ciudadanía dejó de votar partidos políticos para pasar a elegir personalidades. Por eso, desde el bando M aseguran que las encuestas que reflejan un PRO inexistente no reflejan la realidad.
En ese escenario, la chance de Macri candidato no es menor. Según el último sondeo de CB Consultores, el ex presidente podría triunfar como postulante a senador, y María Eugenia Vidal como cabeza de Diputados, un nombre que ya había adelantado El Destape hace más de un mes. Salvo en la Ciudad, donde el macrismo podría jugar la carta sorpresa y con el desdoblamiento de las elecciones hacerse con dos comicios competitivos e incluso ganadores, la estrategia del PRO es acomodarse en la trinchera, que podría ser la Capital Federal. Esperar el momento adecuado y asestar el golpe.
El PRO sabe que no está en condiciones de ganar la elección en la sumatoria nacional, pero sí quiere consolidar un núcleo duro, el de las “Mabeles” indignadas por el ataque a la prensa, horrorizadas por los bizarros momentos del romance presidencial, espantadas por la política internacional, el pacto con el kirchnerismo por Ficha Limpia y el respeto a las instituciones.
Para el macrismo es un escándalo no tener presupuesto por segundo año consecutivo porque nadie invertirá en un país tan débil en materia de organización. Milei podrá tomar deuda, pero no será dinero constante sino circunstancial y con exigentes contraprestaciones.
No es la única variable que puede jugar a su favor. La economía cotidiana es otro de los factores centrales que, por ahora, no trajo problemas pero en el PRO saben que en algún momento emergerá. Con la inflación controlada, el dólar quieto y la clase media pudiendo hacer determinadas compras o ahorros, va a empezar la demanda por la reactivación y la mejora del poder adquisitivo. Algo que nadie puede afirmar que el gobierno impulse.
Por ahora, según Casa Tres, Javier Milei goza de buena salud. Tiene un 51% de imagen positiva, 50% cree que sabe resolver la economía y el 44% piensa que estará mejor en el 2025. La inflación dejó de ser un problema de peso y sus menciones bajaron del 27% en enero al 6% en diciembre.
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