El Premio Nobel de la Paz participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. El peligro de la democracia y los derechos humanos con Milei, la crítica a la dirigencia política y la derrota cultural del país.
Adolfo Pérez Esquivel participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, en donde aseguró que la democracia y los derechos humanos con Javier Milei, están en peligro. “Cuando se violan, las democracias se debilitan y dejan de ser democracias. Todas las declaraciones del negacionismo, esto de que no se han explicado las cosas con integridad, no es cierto. Hubo una campaña electoral y también declaraciones tanto de la actual vicepresidenta electa Victoria Villarruel, como del presidente electo”, sostuvo Esquivel.
El Premio Nobel de la Paz y defensor de los derechos humanos también realizó una fuerte crítica a la dirigencia política: “A mí me preocupan las dirigencias políticas que no estuvieron a la altura de presentar propuestas concretas, políticas de mediano y largo plazo. Se quedaron en las coyunturas y ahí se perdieron en los laberintos”, señaló Pérez Esquivel, en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿La democracia está en peligro con Javier Milei?
—Efectivamente. La democracia no se regala, se construye y todos somos responsables de la construcción democrática, pero los derechos humanos son valores indivisibles de la democracia. Cuando se violan, las democracias se debilitan y dejan de ser democracias. Todas las declaraciones del negacionismo, esto de que no se han explicado las cosas con integridad, no es cierto. Hubo una campaña electoral y también declaraciones tanto de la actual electa vicepresidenta Victoria Villarruel como del presidente electo al
—¿Usted cree que el nuevo gobierno inicia el momento más difícil para los derechos humanos?
—Este problema lo venimos trabajando hace mucho tiempo. Todas las democracias en América Latina están en peligro. No solo la democracia, también la vigencia de los derechos humanos. Sería largo explicar, pero voy a señalar algunos ejes. El caso lawfare con Lula, que lo meten preso para sacarlo del camino, pero también el golpe a Manuel Zelaya en Honduras, a Evo en Bolivia y en Paraguay a Fernando Lugo. Entonces la democracia está tambaleando. Por eso yo digo que faltan instrumentos constitucionales y jurídicos del pueblo para poner límites a los abusos del poder. Ahí, hay una gran complicidad del poder judicial y también de legisladores. No sé si el pueblo se equivocó con Milei pero me llama la atención la falta de memoria que hay en la Argentina. No hay memoria. Nosotros trabajamos con “Jóvenes sin Memoria” todos los años en Chapadmalal para invitarlos a reflexionar, pero por lo visto esto no es suficiente. Yo creo que hemos sufrido una derrota cultural. También los medios de comunicación que realmente traban más. Ningún medio de comunicación es aséptico. Están cargados de su ideología, de sus intereses económicos, políticos, entonces es difícil, si no existen las redes y formas de comunicación alternativas. Debemos tener en cuenta que hay un gran número de jóvenes que no han vivido lo que nosotros vivimos. Hay una cuestión del tiempo y la aceleración del mismo que ha dejado todo esto a la intemperie.
—Teniendo en cuenta todas las declaraciones que hubo por parte de la fórmula de La Libertad Avanza. ¿Usted cree que el 56% que los votó no le importa lo que pasó durante la dictadura?
—No, porque cuando comenzó la dictadura, nosotros tuvimos que aprender sobre la marcha. Nadie nos enseñó nada, no había experiencia sobre los desaparecidos, ni niños secuestrados. La violencia organizada ocurrió en todo el continente, no pasó únicamente en Argentina. Hasta que descubrimos que esto es la doctrina de seguridad nacional impuesta por Estados Unidos, la Escuela Superior de Guerra de Brasil del año 63, como también el golpe de Estado en Chile por Pinochet, pero tuvimos que aprender en el camino. Hoy ya estamos organizados, tenemos experiencias. Hay muchas organizaciones, redes a nivel internacional con las cuales venimos trabajando desde hace 50 años. Así que no se puede negar, yo soy un sobreviviente, y no tengo nada que ver con las guerrillas, pero aquí quieren convencer al pueblo, de que no se cuenta la historia como corresponde. Hay un hecho fundamental que Villarruel no dice, que todos los represores tuvieron el derecho a un juicio justo. A todos los represores se les permitió tener sus abogados.
—Una asociación vinculada con los militares sugirió un indulto a los militares procesados. ¿Cree que esto es posible?
—De hecho, Menem lo hizo, aunque después eso se revocó. Yo no creo en esta democracia delegativa, en esta democracia participativa, no es buena. Fíjate, votamos y delegamos todo el poder en aquellos que nos gobiernan, pero después hacen lo que quieren y no lo que deben. Ese es el problema. Tenemos que avanzar hacia la construcción de una democracia participativa, donde el pueblo tenga herramientas constitucionales y jurídicas para poner límite a los abusos del poder. Nos pasó Mauricio Macri y la deuda interna que nos dejó. Hoy nos encontramos que están vendiendo territorio y nadie dice nada. Ahí los árabes, André O' Negro, pero también Benetton y muchos otros terratenientes. Entonces ahora se piensa privatizar las empresas nacionales, pero al pueblo no se le consulta. ¿Cuál sería la democracia, poner el voto en una urna y después actuar en forma irresponsable? Hoy hay que pagar con el hambre del pueblo una deuda inmoral, cuando el mismo Macri dice que fue para salvar bancos. Ahí hay que hacer una auditoría para determinar qué bancos deben responder al pago de la deuda, para que el pueblo no tenga que pagar con su hambre, con la miseria, con el desempleo. Este es el camino de este gobierno.
—¿Cuál es su opinión sobre los dichos del espacio de La Libertad Avanza, acerca de que, si una persona realiza un reclamo cortando la calle, se le sacaría automáticamente la ayuda de un plan social?
—Esas son medidas represivas, para sostener este modelo de represión que quiere imponer Milei, que no contempla el diálogo. Nosotros vamos a pedir diálogo. Pero, si cuando la gente proteste, le van a sacar los planes, esa es una acción represiva. ¿Qué van a hacer cuando masivamente cierren ministerios para hacerlos secretarías? ¿Qué va a pasar con la gente? ¿Qué va a pasar con la prensa más comprometida cuando comiencen con las circas, las van a cerrar, las van a perseguir? Todas las medidas que han expuesto son medidas represivas. Por ejemplo, la privatización de las empresas nacionales, la recolonización del país. ¿Qué va a pasar con toda esa gente que queda a la intemperie? La educación pública, que son conquistas del pueblo argentino. Esos no son gastos, como dicen, son inversiones que el país tiene que hacer para una mejor calidad de vida del pueblo. Lo mismo que cuando dicen, que no es cierto lo de los 30.000 desaparecidos. Pueden ser más, pueden ser menos. Son cifras estimativas. ¿Quién dice que en los campos de concentración nazi no eran 6 millones de judíos? Cuando uno comienza a analizar, había cristianos, había prostitutas, había un montón de gente que no eran judíos. Son cifras estimativas, cuando la Conadep entrega el informe, eran casi 9.000, pero mucho tiempo después, muchísima gente fue a declarar y otros no quieren declarar por miedo. Creo que hay un peligro en la palabra.
—¿Qué cree usted que pensaría Videla si estuviera vivo, del gobierno que está por asumir en la Argentina?
—Videla era un hombre con una conciencia totalmente distorsionada. Era un hombre de comunión diaria, pensaba que Dios estaba con él. Un hombre que no tenía un razonamiento, mejor dicho, no tenía humanidad, como todos los que cometieron esa atrocidad y que hasta el día de hoy lo estamos sufriendo. El desaparecido es un ausente siempre presente. Hasta el día de hoy. Yo estuve en el juicio a Videla en Córdoba con nuestra abogada María Martínez, lo tuve a tres metros y el hombre trataba de defenderse, como lo hacían todos. Esta es la doctrina de la seguridad nacional, que entro profundamente en la conciencia. ¿De dónde surge? De la Escuela de las Américas y las Academias Militares de Estados Unidos para dominar el continente, de hecho, todos sus países en los años 70 han tenido dictaduras militares. ¿Cuál era el razonamiento de Videla para justificar su accionar? Que ellos estaban luchando por la libertad. Es decir, otra vez la mentira, el cinismo y la inhumanidad.
—Su última muestra se llamó “La fuerza de la esperanza”. ¿Cuál es la esperanza que tiene Argentina?
—Siempre hay una esperanza. El otro día hablé de Borges, quien habla mucho de los laberintos, pero me interesa más Leopoldo Marechal, que dice: “De Todo Laberinto Se Sale Por Arriba” y si sale por arriba se puede ver la luz, no puede bañar la lluvia. Siempre hay una esperanza. Siempre hay una capacidad de resistencia de los pueblos. Se perdió una batalla, pero el pueblo no está vencido. El pueblo va a reaccionar. Y no es simplemente por una cuestión visceral, sino por una cuestión de construcción de país. Aquí tenemos que elegir entre soberanía y libertad o sometimiento, en el sentido de la libertad, no de lo libertario. Porque esto nos lleva al sometimiento, a hacer de la Argentina una colonia norteamericana. Milei, lo primero que hace es atacar al Papa y atacar a Lula, acusándolos de ser comunistas. Eso es no tener conciencia, ni tener sentido crítico de cómo son realmente las cosas. Y bueno, se va a dar con las narices contra el mismo pueblo. El pueblo hoy está preparado. Les voy a decir algo a mi me preocupan las dirigencias políticas que no estuvieron a la altura de presentar propuestas concretas políticas de mediano y largo plazo. Se quedaron en las coyunturas. Y ahí se perdieron en los laberintos. Entonces hay capacidad de acción en el pueblo argentino y también de reflexión, hay que buscar los caminos correctos.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas con estudiantes de periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de hacer un comentario final.
—Yo lo que le digo a mis alumnos, a los jóvenes, es que no pierdan la esperanza. No dejen de sonreírle a la vida. El día que dejan de sonreírle a la vida es porque los vencieron, y eso nunca. Soy docente, fundamentalmente, he viajado por todo el mundo y me he encontrado en situaciones graves, pero en los momentos más difíciles en los hospitales en Irak. los médicos a pesar de que no tenían nada, tenían la esperanza, y tenían una sonrisa. No todo está perdido, como dice Fito.
Por Eleonora Valentini, Tamara Zanotti y Fernando Romano
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación
Escuela de Comunicación del Grupo Perfil
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