El director de Políticas Sociales admitió que en los últimos meses la concurrencia a los comedores creció entre un 10 y un 15 por ciento. Un relevamiento particular da cuenta de al menos 18 espacios en los que se brinda almuerzo, merienda o cena en todo el distrito.
Autor: Horacio Papaleo y Nicolás Grande
El fuerte incremento en el costo de los alimentos, sumado a la suba de servicios esenciales como el gas, golpea con especial dureza a los bolsillos más pobres. Una forma directa de medir las consecuencias domésticas de decisiones macroeconómicas aparece en el funcionamiento de comedores que intentan atemperar una necesidad básica y sus variables en el número de asistentes.
En Luján, los últimos meses expresan un aumento de entre el 10 y el 15 por ciento en la cantidad de concurrentes a esos espacios diseminados por barrios y localidades. Así lo confirmó el director de Políticas Sociales, Carlos Romero.
“Seguramente el incremento de los precios ha hecho que más gente necesite asistencia. Estamos hablando de un 10 o un 15 por ciento, que en la cantidad no es un número menor. Es muy posible que el incremento inflacionario haya generado una dificultad”, explicó el funcionario.
Romero planteó que “hubo un incremento en comedores y también hubo un pequeño incremento en la asistencia que brindamos desde Políticas Sociales de manera directa”. En ese punto, indicó que se entregan unas 1.000 bolsas de alimentos por mes.
“Hay una rotación en la gente, no es siempre la misma, quizás algunos mejoran su situación y dejan de venir, mientras que otras se incorporan. En relación a 2015, subió un poco. Calculamos que hemos tenido un incremento en la solicitud de asistencia de entre el 10 y el 15 por ciento desde 2015 hasta ahora”, agregó.
En cuanto a las cantidades de beneficiarios, Romero explicó que “si nosotros tenemos 1.000 bolsas mensuales, tenemos que estar hablando de, por lo menos, un impacto de cuatro mil personas que están recibiendo directamente eso, como un cálculo estimativo”.
Por otra parte, “dentro de las distintas modalidades, en estos seis meses dimos 108 subsidios particulares, independientes de los planes de alimentación y de los comedores”. Mediante una simple ecuación matemática, “si a eso lo multiplicás por una familia básica estamos hablando de un número importante de personas”.
A este panorama se suman distintos espacios que funcionan al margen de la ayuda municipal.
MODALIDAD
El director de Políticas Sociales informó que desde su área se brinda asistencia a diferentes comedores (además de espacios directamente manejados por el Estado Municipal), mediante la entrega de alimentos frescos y gas, a lo que se suma de manera más esporádica productos secos: “Desde el Municipio estamos asistiendo a varios comedores, como Sobrinos del Edén (San Pedro), Corazón (Open Door), Rincón de Luz (Ameghino), Polo Obrero (Villa del Parque), Merendero La Bendición (Padre Varela), El Triunfo (La Loma), Lagrimitas (San Fermín) y sociedades de fomento como la del barrio Los Laureles donde los sábados se hace una actividad deportiva con una merienda”.
El funcionario puntualizó que “en general damos alimentos frescos, a veces secos y gas”. Aclaró que “no proveemos la totalidad de los alimentos de los comedores, lo que hacemos es asistirlos, especialmente con alimentos frescos que es lo que más se les complica conseguir, muchas veces con gas y algunas veces con alimentos secos”.
Reiteró que “en general los comedores han tenido un incremento de chicos que asisten”. Romero planteó que “no sé si esa suba ha sido excesivamente grande, pero efectivamente todos nos reportan un incremento de asistencia”.
En cuanto a la modalidad para definir los espacios abarcados por la ayuda municipal, Romero expuso que “nosotros lo que pedimos es el detalle de los responsables, el lugar y una nómina de los chicos para comprobar que el comedor existe y que se trata de un trabajo serio”. Además, con cierta frecuencia se realizan visitas con trabajadoras sociales.
A la asistencia directa a comedores y la entrega de bolsones, se suman “varios programas, como el de bajo pesos, programas de asistencias puntuales, distintos tipos de subsidios que van variando, por ejemplo subsidios por Necesidades Básicas Insatisfechas que vienen de los CAP con certificados médicos”.
“La idea es que las mamás se lleven las viandas para recuperar las mesas familiares. En los comedores municipales las mamás se llevan la vianda para comer en su casa, porque la idea es que el chico coma en su casa. A veces, en los comedores comunitarios esa organización es más compleja. Sé también que en otros comedores además de la comida se hacen otras actividades, donde la comida es una cosa más, y se suma apoyo escolar, alguna actividad deportiva”, agregó.
EN LAS ESCUELAS
En cuanto a la situación de los comedores escolares, esta semana terminó la fecha de presentación de los listados con los alumnos que en la actualidad reciben asistencia alimentaria. A eso se suman, según los casos, las necesidades de ampliar los cupos.
La presidenta del Consejo Escolar, Viviana Flosi, comentó que “todavía estamos relevando”. Por el momento, Provincia dispuso incrementar los valores de almuerzos y desayuno por chico.
“Esta semana se terminó la nominalidad, la fecha límite para que las escuelas entreguen la necesidad. No hay una diferencia sustancial desde marzo a esta parte, porque la cantidad de chicos en las escuelas es más o menos la misma. Pero tendremos una mirada más fina después de vacaciones de invierno a ver qué pasó durante este semestre”, explicó.
Por otra parte, las autoridades del Consejo Escolar reiteraron el pedido a Provincia para lograr el incremento de cupos en aquellas escuelas que en los últimos años, consecuencia de las reformas educativas, extendieron la cantidad de cursos.
Estimaciones
Según un reciente relevamiento del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), los precios de la Canasta Básica de Alimentos tuvieron en mayo un incremento del 1,7 por ciento, porcentaje que implica “la primera tendencia a la baja en lo que va del 2016”.
INDECOM precisó que “los datos surgen de un minucioso estudio” y que “el sondeo también refleja una leve recuperación en las ventas de ciertos productos”, entre lo que señaló a “la leche fluida en sachet”, cuyo consumo “se reactivó durante el último mes un 0,8 por ciento, siendo que durante el primer cuatrimestre había registrado una caída en el consumo del 3,4 por ciento”.
“Algo similar ocurrió con los yogures que, durante el primer tercio del año, bajaron sus ventas entre un 4 y un 11 por ciento, según marca y calidad y ahora mejoraron entre un 2,3 y un 5,1 promedio”, se indicó en el informe.
Sin embargo, el presidente de INDECOM, Miguel Calvete, explicó que “salvo esos casos puntuales la tendencia de recuperación va a cristalizarse a nivel general recién entre agosto y setiembre de este año”.
Por otra parte, la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), expuso que la producción y el consumo de carne en la Argentina mostraron números negativos en los primeros cinco meses del año, en que se produjeron 1,076 millones de toneladas res con hueso, con una caída 5 por ciento interanual, y se registró un promedio de 55,7 kilogramos consumidos por habitante por año, que significó también un retroceso de 6,3 por ciento en comparación con el periodo enero-mayo de 2015.
“Lagrimitas” en el San Fermín
Los Jazmines 562. Barrio San Fermín. En una humilde casa un cartelito deja leer: “Comedor Lagrimitas”. Es plena tarde de martes y la cumbia suena a todo volumen.
“Tati” con unas amigas preparan todo para una jornada de “festejo de cumpleaños”. Hay tortas, galletitas y en un rato empezarán a preparar salchichas.
De lunes a sábados en esa casa se da merienda, con algunos días en los que se prepara cena o comida para armar viandas. Y los sábados, desayuno y almuerzo. “Eso de armar viandas queremos mantenerlo. Por ahora lo hacemos los jueves. Vienen y se llevan la comida para fomentar que todos puedan comer en familia”, nos cuenta “Tati”.
Hace tiempo que mantiene a pulmón ese especio de asistencia alimentaria en el que, a diario, concurren más de 100 chicos de todas las edades. “Tenía una lista con 139 anotados, pero esta semana estoy haciendo una lista nueva porque creo que ya son más de 150”, contó la vecina.
“Tati” le contó a EL CIVISMO que no pone edad para entrar a tomar una leche o comer algo. “Vienen todos los que necesitan. Hasta cerca de 14 años. Además ahora tenemos una carpa con luz y eso permite que a la tardecita vengan chicos más grandes. Antes de estar en una esquina, cerca de la droga, yo los recibo acá y hacemos unas pizzas o unos fideos con tuco y comen todos juntos, escuchando música. Ahí se suman mis hijos, que ya son adolescentes”.
La infraestructura es precaria. Menos de lo mínimo. Una heladera, un freezer que le regalaron ese mismo martes, una cocina industrial que también le donaron. “Es excelente, pero consumimos tres garrafas por semana”, explicó.
Para el martes le prestaron una garrafa, pero si no se las arregla con una sola. “Eso me impide gestionar la garrafa social, porque no tengo recambio y no me puedo quedar un día sin gas para cocinar”, explicó la cocinera.
“Lagrimitas” está registrado en Desarrollo Social de la Municipalidad. Pero el registro no es garantía de nada. “Desarrollo Social no me da una ayuda fija. Estamos registrados y por ejemplo hoy me llamaron y me dijeron que tenían salchichas para donarnos. Enseguida las fuimos a buscar”, dijo “Tati”. También contó que “Ezequiel Pérez Naveira siempre nos da una mano, desde que empezamos. Es más, no sabíamos que trabajaba en la Municipalidad”.
La lista de ayudantes y colaboradores es, afortunadamente, larga. “Hay colegios que nos ayudan. El Colegio de Hermanas tiene una materia, Construcción Ciudadana, y tienen que ver la realidad de los barrios. Por eso ellas vienen cada tanto. Hay mucha gente que ayuda porque sabe que todo lo que llega va directo a los chicos. Y hoy, por ejemplo, estamos necesitando pañales. Hay muchos bebés y no tenemos pañales. Además hay mamás que vienen y nos dejan a los nenes y nosotras no tenemos para cambiarlos”.
La fiesta el martes fue completa. Un vecino prestó un equipo de música. “Todos los días no tenemos ni una radio. Imaginate la locura que tienen hoy con ese equipo”, dijo “Tati”. En el patio, un grupo de chicas improvisaba una coreografía mientras los nenes jugaban al fútbol y los más chiquitos a la bolita.
Por la donación de un vecino hace un par de semanas que la merienda o la cena se sirve bajo techo, en un amplio gacebo.
Además sumaron otro servicio. Los martes se brindan clases de Plástica. Los chicos conocen a la responsable como “la señorita Raquel”. “Hacen distintas cosas y artesanías que después se llevan a sus casas y eso les da prestigio”, dijo “Tati” minutos antes de dar la orden para comenzar la merienda.
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