Marihuana si, marihuana no. El debate volvió a las comisiones de la Cámara de Diputados, sólo que esta vez ya no se restringe al consumo recreativo sino al medicinal, vigente en la mayoría de los países de la región.

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En Argentina está prohibido por la ley de estupefacciones, que considera el cannabis como una sustancia tóxica y por lo tanto tampoco puede utilizarse para tratar casos de epilepsia y aterosclerosis, como se hace a diario en Chile y Uruguay.

La comisión de Salud y Acción Social, presidida por Carolina Gaillard, del FpV, aprobó en su última reunión proyectos de resolución para apoyar a las universidades que estudien el uso terapéutico del cannabis, pero para muchos es letra muerta.

“Si se lo sigue considerando como una sustancia tóxica, en muchas universidades no querrán usarlo”, anticipó Gaillard y exigió a su colega radical Gabriela Burgos, presidenta de la Comisión de Legislación Penal, de aceptar un plenario con todos los proyectos sobre el tema.

“Sólo uno, de Victoria Donda (Libres del sur) tiene a Salud como cabecera. Si Burgos sigue sin convocar a Legislación Penal lo vamos a tratar”, amenazó Gaillard, que organizó para principios de septiembre un viaje a la región para ver con sus propios ojos cómo circula el cannabis en los sanatorios.

La diputada jujeña de Cambiemos no se escondió ni mucho menos: “Tengo claro que no vamos a tratar los proyectos sobre el uso del cannabis para recreación”, aclaró a LPO, en referencia a iniciativas de la correntina Araceli Ferreyra (Movimiento Evita) y Miriam Bregman (frente de izquierda).

Sobre el uso medicinal sólo un oficialista presentó un proyecto: Héctor Gutiérrez, de la UCR. Macristas puros, ninguno.

Burgos no considera necesaria una modificación penal pera estudiar si el cannabis puede serle útil a los médicos. “Las universidades pueden investigar las propiedades de la marihuana para saber cuales son tóxicas. Con la normativa vigente alcanza”, cerró.

El debate seguirá y no faltarán golpes bajos, como escuchar a los padres de los chicos afectados por patologías que, en otros países, se tratan con cannabis.