La acusación de Francos a Massa: sospechas en el Gobierno y la vieja pelea del exministro con el sciolismo

La acusación de Francos a Massa: sospechas en el Gobierno y la vieja pelea del exministro con el sciolismo

En medio del ruido financiero y la suba del dólar, el jefe de Gabinete denunció que el tigrense busca “generar inestabilidad”; la historia del enfrentamiento entre sciolistas y massistas

 

Mariano Spezzapria

La acusación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al exministro de Economía Sergio Massa, de que “trabaja para generar inestabilidad en el Gobierno”, no solo se origina en los nervios que provocó a la administración libertaria la suba del dólar y el ruido financiero de las últimas semanas, sino también en una vieja tirria entre sciolistas y massistas en la interna del peronismo.

Francos resignificó, de hecho, la carrera política de Daniel Scioli al ofrecerle una continuidad dentro de la gestión de Javier Milei bajo su ala política, como secretario de Deportes, Ambiente y Turismo. Ya se sabe que el exembajador en Brasil nunca se llevó bien con Massa en los años en que se enfrentaron -y por tramos coincidieron- durante la era kirchnerista en el poder.

Francos y Massa tuvieron una última conversación en 2023, cuando el exrepresentante argentino en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comunicó al entonces ministro de Economía que renunciaría al cargo para volver al país y sumarse a la campaña presidencial de Milei. “¿En serio me vas a romper las pelotas con eso?”, replicó Massa, que todavía no era el candidato de Unión por la Patria.

Massa estaba en medio de una crisis porque subía la inflación y afrontaba -como ahora lo hace Luis Caputo- una fuerte presión cambiaria. Faltaban pocas semanas para que Scioli, que había sido el jefe político de Francos, declinara su candidatura presidencial -luego de haber sido alentado por Alberto Fernández- forzado por un entendimiento del propio mandatario con Cristina Kirchner.

La historia terminó con Massa ungido como candidato del peronismo sobre la hora, con Scioli de regreso al exilio en Brasilia y con Francos sumándose a la campaña de Milei, en una apuesta riesgosa porque no estaba cantado que el libertario iba a desembarcar en la Casa Rosada el 10 de diciembre. Ahora, Ley Bases mediante, Francos se convirtió en la referencia principal del ala política del Gobierno.

En conversaciones reservadas, antes de lanzar la acusación pública en la entrevista con Luis Novaresio en LN+, Francos deslizó que el equipo económico del Gobierno detectó que un banco nacional de primer nivel, al que en la Casa Rosada identifican con Massa, fue el primero que operó con “puts” -que le ponen un piso al activo-, lo cual los llevó a pensar que buscaron fogonear los movimientos del dólar.

En el massismo dijeron que su jefe “no tiene nada que ver” con ese banco y descartaron que le responda a Francos en lo inmediato. Están convencidos de que el Gobierno “lo quiere subir al ring para colgarle el cartel de culpable” de una situación que “no puede controlar” y que, por ese motivo, activa “teorías conspirativas” que revelan, a juicio de la mesa chica del Frente Renovador, cierta “desesperación” oficial.

Más directo, el que salió a cruzar a Francos fue Sebastián Galmarini, cuñado de Massa y miembro del directorio del Banco Provincia, quien sostuvo que no sabe “de dónde saca semejante pavada” el jefe de Gabinete. “Es la teoría más delirante que escuché”, agregó el dirigente del FR. En la misma línea se pronunciaron el titular del partido, Diego Giuliano, y otros legisladores del espacio.

Massa no está hablando on the record pero mantiene encuentros con políticos, sindicalistas y periodistas a los que les cuenta su postura dentro de la interna del peronismo y cómo observa el desempeño económico del Gobierno, dada su experiencia en el quinto piso del Palacio de Hacienda. En los últimos días le escucharon decir que él intentó, en su momento, maniobras parecidas a las que ensaya Caputo.

“Todo lo que están intentando para cubrir la falta de dólares ya lo intenté yo. Y no es fácil”, advierte Massa en esos encuentros, que suele realizar en la sede del FR sobre la Avenida del Libertador, en Retiro. Por ende, descree de que el Gobierno pueda acudir a un salvataje del Banco de Basilea o del Banco de Inversión Europeo, como trascendió en las últimas semanas en medio del ruido financiero.

Massa avisa a sus interlocutores que la actual “no es una tormentita de un día”, sino que se debe a problemas estructurales como el hecho de que la Argentina requiere más dólares de los que genera, en una línea de pensamiento similar al de Cristina Kirchner. El exministro-candidato no lo dice, pero sigue en detalle los movimientos de Caputo y de actores claves del sistema, como los bancos.

De ahí que Francos, que no es partidario de atacar a dirigentes de la oposición como sí lo hace el presidente Milei, avanzó sobre Massa y lo emparentó al “club del helicóptero”, del que dijo que el exministro le está haciendo el “mantenimiento”. Los renovadores no se sorprendieron: “Así es el sciolismo”, advirtieron al conocer las declaraciones del jefe de Gabinete. La pelea promete sumar capítulos.

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