Mientras la tensión social se diluye a comparación con los picos de lunes y martes, aumentan los casos de irregularidades a cinco días de las elecciones a gobernador en esta provincia. Algunas se comprueban en el escrutinio definitivo, hasta el momento con la mitad de las urnas abiertas, otras ya no se manifiestan en esta instancia aunque quedan denuncias y actas labradas el domingo.

El escrutinio definitivo arrancó con las 641 mesas no cargadas en el provisorio, que quedó suspendido con el 81,55% del total y una ventaja de casi 14 puntos para el peronista Juan Manzur (54,42%) sobre el radical José Cano (40,76%), en unas elecciones cruzadas por la violencia, la quema de urnas y el clientelismo. Al cierre de esta edición abierto se habían abierto 96 urnas de unas 204 mesas que se iban cargando, según dijo Darío Almaraz –secretario de la Junta Electoral–, en su mayoría por diferencias de votos con las planillas de los fiscales y también por fajas violentadas o mal colocadas o sin firmas. Otras dos habían sido anuladas por diferencias sustanciales entre los votantes consignados y las boletas: en una había 18 de más y en otra unas 70 menos. La Gendarmería custodia las urnas desde las escuelas a la Junta Electoral, por lo que las maniobras tendrían que haber ocurrido antes del traslado.

Fuentes oficialistas, opositoras y judiciales coincidieron en que en estos días “hay voluntad” de abrir las objetadas, algo que dejaría de suceder una vez que arranquen las que ya entraron en el escrutinio provisorio: “Ahí la intención será que pasen directo los telegramas”. Habrá fuertes disputas, porque el radicalismo sigue sumando irregularidades en los telegramas ya cargados a partir de las diferencias con las planillas de los fiscales: ayer decían haber recopilado unas 300, con otras 60 en análisis.

Las mesas contadas hasta el momento en el escrutinio definitivo corresponden a la Capital, la zona con mayor fiscalización de las tres secciones electorales de la provincia, por lo que se esperan mayores irregularidades y disputas para los próximos días, en especial con el Este, el principal bastión del peronismo. En ese distrito el Frente para la Victoria sacó su mayor diferencia –71,14% a 25,81%, una ventaja de casi 90 mil votos–, la concurrencia fue superior a la Capital y al Oeste, y también la carga en el escrutinio provisorio –un 88,81%–, con la que Manzur el lunes de madrugada y luego por la mañana sacó una primera ventaja amplia.

Otra parte de las maniobras no serán advertidas en el escrutinio definitivo, y se siguen conociendo casos. Maximiliano Iosa relató en una nota ante la Junta Electoral que en la mesa 52 de Capital no encontró su boleta, en la escuela no había y el veedor le dijo que fuera a su casa o la sede partidaria a buscarla, que le guardaban el sobre: lo hizo y luego comprobó que en el certificado de escrutinio su candidato figuraba con cero votos. Lucrecia Salvia vivió nueve años en Barcelona y ya en las elecciones de 2013, al volver al país, encontró en el padrón a su papá, que murió en 1977. Este domingo le pasó lo mismo, en la mesa 429 de la Escuela de Comercio n° 1. “Le dije a la presidenta de mesa y me decía que no podía hacer nada. Le pedí que en las observaciones pusiera fallecido”, dijo a este diario, y mostró la foto que sacó de la lista del padrón, en la escuela.

“Cuando se armaron las mesas en ningún cuarto oscuro estaban las boletas de Cano con legisladores del PRO y no nos dejaban ponerlas porque decían que no estaban oficializadas”, contó Agustina Walther, fiscal general del macrismo en la escuela Bartolomé Mitre de Trancas, en el Este. “Los presidentes y la veedora nos prohibían entrar al recuento, decían que iban a estar sólo los fiscales de mesa, y nosotros no teníamos en todos”. Eso se repitió en toda la provincia, a tal punto que por las quejas Antonio Gandur –titular de la Corte Suprema provincial y del Tribunal Electoral– firmó un comunicado que usaron los fiscales generales para poder acceder.