Acumar: a limpiar, a pedido del capital

Acumar: a limpiar, a pedido del capital

"Limpian” el riachuelo, mientras las grandes industrias contaminan cada vez más y miles de vecinos viven hacinados en las barriadas.

La Agencia Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) informó que se encuentra realizando tareas de limpieza y reparaciones en las costas de Avellaneda. “Para consolidar el saneamiento ambiental es fundamental el vinculo con el río y los arroyos, y que estos vuelvan a ser valorados y cuidados por lxs propixs habitantes” destacó el presidente de Acumar, Martín Sabbatella. Se trata, como veremos, de una impostura, y de una política para eventualmente beneficiar a grupos empresariales.

Con una inversión de 100 millones de pesos, el municipio de Avellaneda y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, junto a la agencia, efectuaron trabajos sobre el Camino de Sirga. Según indica el Código Civil, dicho sendero debe mantener un ancho mínimo de 35 metros para su libre acceso, y serpentina de asfalto y cemento en extensión hacia el sur, con el fin de desarrollar Puerto Madero hacia ese punto cardinal.

El fin es explotar turística, financiera e inmobiliariamente las orillas del cauce acuífero más contaminado del país, y uno de los más sucios de Latinoamérica. El objetivo de Acumar y los gobiernos es que de forma pronta vuelvan a transitar barcos por el Riachuelo, en especial los extensos buques turísticos y embarcaciones de paseo. Ya existe un proyecto de ruta náutica que uniría el glamoroso Nordelta (Tigre), la costa de Quilmes, Avellaneda y que culminaría en Vuelta de Rocha (Caminito, La Boca). Interesados en el tema, entidades bancarias, empresas turísticas y grandes brokers inmobiliarios, invirtieron con el fin de emplazar shoppings y edificios de alto lujo.

 

A la par, vecinos y vecinas de barrios marginados, villas y asentamientos próximos al Riachuelo, sobreviven inmersos en la contaminación. Villa Inflamable es el ejemplo más claro. Desde hace 15 años que el Estado incumple el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que dictaminó que las más de 1.800 familias de allí viven en zona inhabitable.

En la última década y media pasaron peronistas, kirchneristas y macristas, y ninguno reubicó a las familias. Los habitantes siguen con altos niveles de plomo en sangre, rodeados de petroquímicas e industrias altamente tóxicas; no tienen cloacas, agua potable, redes pluviales y eléctricas seguras. A este contexto crítico se le suma una enorme crisis habitacional, el hacinamiento en construcciones precarias es moneda corriente. Junto al hambre y la pobreza en incremento acelerado, parar la olla cada día es una tarea titánica. Centenares de familias trabajadoras se agolpan en los comedores y merenderos de las organizaciones piqueteras, que desde hace años vienen haciéndole frente a las políticas ajustadoras de los gobiernos de turno y el FMI.

En 2015, la banca de diputados de la Provincia de Buenos Aires del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, encabezada por Guillermo Kane, presentó un proyecto de declaración de “Emergencia Habitacional, Social y Sanitaria a las familias que viven en Villa Inflamable del Dock Sud” reclamando, en aquel entonces a la gobernadora María Eugenia Vidal (Juntos por el Cambio) el cumplimiento de la relocalización y el saneamiento. El macrismo y el peronismo cajonearon el proyecto.

A la hora de ver quiénes son los que realizan las tareas de limpieza y reparaciones para Acumar, se observa cómo el Estado es el primer negrero. Los que evitan que la basura llegue a los arroyos “son cerca de 1.300 trabajadores distribuidos en 49 cooperativas que desmalezan las orillas y barren la zona” (Infobae, 13/3/2022). Acumar mantiene a sus empleados, que cobran el Potenciar Trabajo ($34.750 por mes), en negro, sin ART, aportes jubilatorios y aguinaldo. Esta es la realidad de los trabajadores que están en la denominada “economía popular”.

A no caer en falsas ilusiones. La limpieza y el saneamiento actualmente son inexistentes. “Limpian” mientras las grandes industrias contaminan cada vez más. La barbarie ambiental es resultado de gobiernos capitalistas abocados en incrementar las multimillonarias fortunas de los pulpos empresariales contaminantes. Para terminar con ello es necesario la movilización del pueblo trabajador. En sus manos está el saneamiento del Riachuelo, y la lucha por satisfacer las necesidades básicas de vida.

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