Desde el nuevo elenco de funcionarios de Cristina se hicieron sondeos en el arco agroindustrial sobre potenciales medidas para revitalizar al sector.
La catarata de reemplazos en áreas económicas claves del Gobierno nacional alcanzó a diferentes niveles, entre ellos el Ministerio de Agricultura, el Inta y el Senasa, que tienen incidencia en este aparato productivo. Pero en las empresas y entidades agropecuarias, la expectativa no sólo está puesta en estos organismos. La atención hace foco sobre la megaestructura que administraba el poderoso secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno: la asignación de cuotas de exportación y la intervención en los sensibles mercados de cereales, lácteos y carnes. Todos ellos fuentes de divisas, inversiones y de empleo. Ahora al frente de Comercio Interior quedó Augusto Costa, joven economista, colega y amigo del ministro Axel Kicillof, que venía desempeñándose como secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Una mejor sintonía con el Gobierno y medidas para revitalizar al aparato exportador (amén de las minidevaluaciones que se aceleraron tras el desembarco de los nuevos ministros) constan en la hoja de ruta del agro. Sondeos Si bien todavía la Mesa de Enlace no fue convocada formalmente, desde el nuevo equipo oficial se hicieron consultas a referentes agroindustriales. De estos sondeos surgieron propuestas en torno de medidas concretas, que se resumen en la siguiente idea: la necesidad de que el Gobierno arriesgue algún costo fiscal detrás del objetivo de oxigenar al aparato productivo, lo que se haría notar en poco tiempo con una reacción positiva en diferentes actividades y sus cadenas de valor. En concreto, se mencionaron cuatro medidas específicas: 1) Que se compute el IVA resultante de las inversiones en fertilizantes a cuenta de Ganancias. 2) La rápida cancelación de deudas en concepto de créditos por IVA que el Estado mantiene con productores y exportadores (de este modo, se recuperará capital de trabajo en el sector). 3) Otra decisión, también de orden financiero, sería volcar créditos blandos o a tasa subsidiada para cooperativas y pequeños productores. 4) Un esfuerzo del Gobierno para fomentar las rotaciones y la expansión del área con cereales mediante una rebaja en las retenciones, en este caso del trigo y del maíz. En el mismo paquete de estímulos deberían estar incluidas las carnes y diferentes economías regionales. La contraprestación a este minipaquete sería un redoblado compromiso desde el sector para reforzar sus inversiones y el ingreso de divisas en estos segmentos. Aunque en estos primeros días, el elenco que acompaña a Cristina en la Casa Rosada se concentró en determinados flancos estratégicos –como el energético– el timming con el aparato agroindustrial será determinante si se aspira a un cambio virtuoso en las expectativas de los productores. Por Carlos Petroli www.lavoz.com.ar
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