Algunos macristas creen que el pacto con el Frente Renovador servirá para hacer pie en un territorio hostil para su partido; otros opinan que podría desatarse una fuga de dirigentes
El acuerdo bonaerense entre Mauricio Macri y el intendente de Tigre promueve interpretaciones diversas y divide a Pro. Las respuestas son tan diversas como las fórmulas que el armado del macrismo (su ministro de Gobierno, Emilio Monzó, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri) encontraron para resolver la carencia de candidatos propios a diputados nacionales y el quiebre de última hora con Francisco de Narváez, que minutos antes del cierre de listas se perfilaba como el candidato natural conjunto en la provincia.
Tres macristas en las listas de Massa a diputados nacionales fueron sólo la punta del iceberg de la participación de Pro en la provincia. Los candidatos a concejales se dividieron en cuatro grupos: 21 encabezaron listas del Frente Renovador o fueron a internas dentro de ese frente; 13 apostaron a ir con boleta amarilla "corta" y hasta un puñado de dirigentes (7 en total) se sumaron a la boleta de De Narváez. El combo con el que Pro jugó en las internas bonaerenses no incluye a aquellos candidatos a quienes se les "sugirió" no jugar para no incomodar al tigrense y a aquellos que fueron "vetados" por Massa, curiosamente candidatos con peso propio en sus distritos, como Leandro Ginóbili (Bahía Blanca) o el ex corredor de TC Lalo Ramos (Mar del Plata).
Más allá de la bronca de Monzó con Massa por esos vetos ("se equivocó", repite) desde el Ministerio de Gobierno se muestran conformes con los resultados obtenidos. "Todos los candidatos que se presentaron superaron el mínimo y sacaron porcentajes interesantes", afirmaron cerca de Monzó. Y dieron como ejemplos el primer puesto de Marcos García en el Partido de la Costa y el segundo de Vicente Gatica en Bragado en listas conjuntas con el massismo. También los que ganaron las internas del FR, como Marita Conti en Pergamino, o Claudio Ersinger, en Tandil. "Se les dio apoyo a todos los que jugaron en las distintas listas, y en muchos casos el resultado fue satisfactorio", comentaron cerca de Monzó.
ALMUERZO CON OPTIMISMO
En el almuerzo que Macri tuvo con sus candidatos bonaerenses, el miércoles pasado, el optimismo fue la constante. Y allí todos juraron lealtad al proyecto presidencial de Pro, incluido Jorge Macri, presidente de Pro bonaerense y de fluido contacto con Massa. Gustavo Posse (San Isidro) y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas) fueron los otros dos intendentes cercanos a Macri que jugaron fuerte, se expusieron y ganaron ampliamente las elecciones en alianza con el massismo. ¿Son macristas o massistas? "Hace 50 días parecía que Sergio no iba a jugar, y con Mauricio armamos un frente. Después Mauricio se hizo «funcional» a un acuerdo más amplio y el trencito Massa-Posse fue exitoso", dijo, diplomático, el intendente de San Isidro.
Por lo bajo, otros dirigentes opinan distinto. "Los que fueron con Massa jugaron con otra camiseta, ésa es una realidad. Y aunque no lo digan, ahora tienen dos candidatos a presidente", respondió uno de los candidatos a concejal.
En capítulo aparte están quienes quedaron pegados en la lista de De Narváez. Hay también allí distintas reacciones. El ex árbitro Javier Castrilli, que terminó molesto con Pro por falta de apoyo y terminó tercero en la populosa La Matanza, con 9,5 por ciento, no volvería a jugar con Macri. Nicolás Ducoté, que logró el 13 por ciento en Pilar, dos puntos más que el propio De Narváez, jura fidelidad al proyecto de Pro. "Nos metimos en el conurbano con una estrategia seria, en una elección donde estuvimos en todo el país. Todos aprendimos mucho para octubre", afirmó Ducoté a LA NACION.
BOLETA CORTA
¿Y los que jugaron solos con boleta corta?
Al ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, sólo le alcanzó para sacar el 7,5 por ciento de los votos en Lanús, aunque cerca suyo se muestran confiados en superar ese número en octubre. Julio Irurueta, en otro distrito grande (La Plata), hizo agua con un escaso 1,98 por ciento. Muchos de sus compañeros de lista ya tendieron puentes con el massismo. "Se polarizó mucho la elección y quedamos descolocados", explicó otro de los que optaron por jugar la "heroica" contra massistas y kirchneristas.
El balance es positivo, pero con puntos oscuros. "Fue bueno para muchos que quedaron bien posicionados en sus distritos. Pero no sé si no generamos un monstruo que nos termina devorando", opinaron desde Pro bonaerense. La referencia es hacia Sergio Massa, a quien muchos ven disputando las presidenciales "con perfil parecido"..
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