El Consejo Capital del Partido Justicialista convocó anoche en Alecyt (Sindicato de Correos y Telégrafos) a una reunión en la que se definió la realización de un acto para el 17 de octubre que tendrá “un marcado tinte nacional”, ya que servirá para que José Manuel de la Sota siga proyectando sus aspiraciones nacionales que ya quedaron bastamente explicitadas con la aparición esta semana de afiches en la Capital Federal.

También sirvió la reunión para criticar al radicalismo de la Capital e instalar la figura de Walter Grahovac, funcionario de la cartera de Educación que estaría tratando de instalarse para salir a morderle los talones a Olga Riutort, quien ya tiene un acuerdo con Juan Schiaretti y Alejandra Vigo para disputar la Capital el año próximo.

En una mesa en el proscenio se apoltronaron once dirigentes, algunos delasotistas paladar negro indiscutible como Herman Olivero, y otros neodelasotistas de disímil pelaje. Habló Grahovac y Olivero, en un comienzo. Todos los discursos giraron en torno a entrar de lleno en la campaña presidencial de De la Sota, por lo que será el único tema del que se hablará hasta marzo próximo.

Por ello está previsto un acto para el 17 de octubre, Día de la Lealtad, en dos escenarios posibles, Feriar o el Pajas Blancas Center, que servirá como tribuna para que De la Sota desgrane sus ideas a aplicar en caso de ser presidente de la Nación.

La mesa contó con la presencia además de Eduardo Nievas, el popular “Panza” muy aplaudido por los casi 400 presentes, de funcionarios como Marcelo Cáceres, Sandra Trigo, Juan Rufeil, Nadia Fernández, Diego Hak y la edil Claudia Martínez. Faltó con aviso Adrián Brito, en Alta Gracia. También se lo vio al presidente del PJ de la Capital, Dante Heredia, entre otros.

Abajo muchos “empleados” y “poca militancia” describió un dirigente presente en el encuentro.

El documento que se emitió constó de dos puntos, el primero el respaldo del todo el peronismo de la Capital al proyecto nacional de De la Sota, el segundo, críticas a la gestión radical en el Palacio 6 de Julio encabezado por Ramón Mestre, y pedidos de unidad, una letanía que en el peronismo pocos creen.