Los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, y la brasileña Ana Paula Maciel, tripulantes del rompehielos "Arctic Sunrise" de Greenpeace que pasaron dos meses en prisiones rusas, podrían iniciar hoy mismo la vuelta a casa después del archivo de la causa penal por la que eran investigados.
Tanto Argentina como Brasil tienen sendos acuerdos bilaterales sobre la exención de visados con Rusia.
Veintinueve de los treinta tripulantes del "Arctic Sunrise" fueron notificados hoy sobre el archivo de la causa penal y podrán abandonar Rusia en los próximos días, señaló un despacho de la agencia EFE.
Tan sólo el marinero italiano Cristian D´Alessandro no pudo completar hoy, por falta de traductor, el procedimiento legal que da por terminada la desventura de los ecologistas en Rusia en virtud de la amnistía general aprobaba la pasada semana con motivo del 20 aniversario de la Constitución rusa.
"El procedimiento de notificación ha sido aplazado al jueves" en el caso del italiano, explicó a los medios rusos el abogado de Greenpeace, Andréi Suchkov.
La mayoría de la tripulación ha iniciado los trámites para recibir un visado de tránsito que les permitirá salir de Rusia en los próximos días.
Los treinta tripulantes del "Arctic Sunrise" pasaron dos meses en prisiones preventivas de las ciudades rusas de Múrmansk y San Petersburgo tras ser acusados de vandalismo por tratar de abordar una plataforma petrolífera en el Ártico.
Por el momento, permanecen todos en la antigua capital imperial rusa, donde según adelantó ayer un portavoz de Greenpeace, tienen intención de reunirse hoy por la noche para celebrar la Navidad.
"Algunos activistas han recibido la visita de sus mujeres, maridos, hijos y hermanos", aseguró.
Los tripulantes del "Arctic Sunrise" fueron detenidos en aguas del Ártico ruso el pasado 19 de septiembre en una operación desplegada por la guardia fronteriza cuando intentaban subirse a la plataforma petrolífera "Prirazlómnaya" del gigante gasístico ruso Gazprom, a la que Greenpeace acusa de incumplir las medidas de seguridad y poner en peligro el ecosistema de la zona donde opera.
Acusados en un principio de piratería, los activistas ingresaron por orden de la Justicia en prisión preventiva por dos meses.
Tras pasar ese plazo, el Comité de Instrucción ruso modificó la acusación por otra más leve (vandalismo), tras lo cual todos los tripulantes del "Arctic Sunrise" pudieron salir en libertad bajo fianza a la espera del juicio.
La amnistía general pone a fin a su persecución judicial y permite que puedan volver con sus familias en los próximos días.
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