Convocó a una conferencia de prensa con la presencia del funcionario nacional Hernán Lombardi. Ninguneó al jefe de ministros, "Peteco" Vischi, y al propio Vicegobernador a cargo de la Gobernación, Gustavo Canteros.
En el marco de la apertura de la Fiesta Nacional del Chamamé (ver páginas 8, 10 y suplemento Chamamecero) fue anunciada para hoy una conferencia de prensa con la presencia del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Jefatura de Gabinete de ministros, Hernán Lombardi.La organización de esta conferencia -en la que estará presente el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, Gabriel Romero- corrió por cuenta de Carlos Vignolo en su condición de secretario general de la Gobernación.Hasta allí, el rol institucional de Vignolo. Pero también hay una lectura política.Llamó la atención ayer a los observadores que se haya pasado por alto la invitación al jefe coordinador de ministros, Eduardo "Peteco" Vischi y al vicegobernador que está a cargo de la Gobernación, Gustavo Canteros.No parece un olvido casual. Da toda la impresión que las internas en la cúspide del Gobierno de ECO-Cambiemos asoman en cada uno de los pasos institucionales, como en esta oportunidad el lanzamiento de la fiesta mayor de la provincia de Corrientes.En esta ocasión, la figura de Vignolo acrecienta su poder en la interna del Gobierno. Porque aunque el gobernador Ricardo Colombi todavía no haya retornado de sus vacaciones, no resulta difícil suponer que no esté al tanto de cada uno de estos detalles, habida cuenta de la fluidez de las comunicaciones en tiempos de celulares, Internet y redes sociales.Como lo analizó ayer EL LIBERTADOR, Eduardo Vischi se considera con derecho y aval suficiente como para ser el sucesor de Ricardo y, de hecho, es quien tiene las simpatías del Gobierno nacional, que lo considera acorde al arquetipo que Mauricio Macri quiere a su lado en campaña.Puertas adentro de la UCR, "Peteco" tiene un fuerte predicamento quizás comparable sólo al que ha logrado "Checho" Flinta. Es más, ambos sectores, más allá de la puja y las diferencias, habrían establecido un acuerdo cerrado para acotar el margen de maniobra de Colombi a la hora de inclinar la balanza.El vocero de esta posición ha sido Noel Breard a quien, si bien está más cerca de Vischi, no le disgusta que la rueda de la fortuna caiga en Sergio Flinta. El legendario Senador ucerreísta habló de "arbitrariedad" para referirse elípticamente a cualquier otra nominación que no parta del sistema binario que hoy muestra el radicalismo.De hecho, le pone bolilla negra a Carlos Vignolo, a quien suele apuntar con filosos dardos, y no comulga con la posibilidad de que Gustavo Valdés sea el heredero.Los que saben aseguran que el pensamiento de Breard es compartido por muchos popes del radicalismo, que siguen con preocupación las idas y venidas de un Ricardo que suma a las contradicciones por su sucesor la preocupación por ampliar las bases de sustentación de la alianza con la incorporación de nuevos actores.
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