Laura Iglesia (53) fue asesinada en Miramar después de sufrir un ataque sexual. Fue mientras caminaba hacia el automóvil que horas antes había tenido que abandonar tras quedarse encajado. Un individuo que contaba con antecedentes por violación fue imputado del hecho y el 8 de junio comenzarán a juzgarlo.
Al finalizar la primera semana de junio dará comienzo en esta ciudad el juicio contra un ex convicto acusado de violar y asesinar por estrangulamiento a la trabajadora social Laura Iglesias (55), en un desolado barrio de la ciudad de Miramar en el año 2013.
El Tribunal en lo Criminal Nº3, compuesto por los jueces Juan Manuel Sueyro, Eduardo Oscar Alemano y Fabián Luis Riquert, estarán encargados de juzgar a Esteban Cuello (22), el único imputado por el brutal asesinato de la mujer que trabajaba para el Patronato de Liberados.
La fiscal Ana Caro buscará convencer a los jueces de la responsabilidad de Cuello en base a algunos elementos puntuales y sólidos, principalmente el hallazgo de ADN compatible en la soga con la que Iglesias fue ahorcada y en los restos de semen tras el hisopado vaginal. Asimismo, algunas prendas de vestir del imputado tenían ADN de la víctima.
Sin embargo, la hipótesis de que Cuello no actuó en solitario llevó a la fiscal a desdoblar la causa para establecer si hubo partícipes y encubridores. Es que antes de ser violada y asesinada alguien sustrajo el reproductor musical del vehículo de Iglesias y luego su teléfono celular, aparatos que no aparecieron. Eso pone en escena a otras personas y por ello se produjo el desdoblamiento del expediente.
Iglesias fue asesinada en horas de la tarde del 29 de mayo de 2013, aunque su cuerpo recién fue descubierto a la mañana siguiente. Cuello, un ex convicto con antecedentes de menor por abuso sexual, fue detenido y acusado del homicidio.
Aunque en un primer momento trascendió que el asesinato podía tener relación con el trabajo de la víctima, quien se dedicaba a monitorear a tutelados (ex convictos con obligación de firma en el Patronato) luego se descartó.
El juicio se iniciará el próximo 8 de junio y contará con más de 20 testigos, incluidos los peritos y forenses que participaron en los diferentes análisis y estudios.
El defensor oficial Eduardo Carmona representará al imputado, mientras que Alejandro Bois será quien actúe como particular damnificado.
Aquel crimen
El 29 de mayo de 2013 Laura Iglesias (54) adhirió a una medida de fuerza, aunque, en verdad, lo hizo a medias. La pasión por su trabajo en el Patronato de Liberados la llevó a participar de una reunión en Miramar, donde vivía, por temáticas de violencia. Sin embargo al salir a la mañana hacia dicho encuentro su vehículo Renault 9 no cooperó: se quedó encajado en el barro de la calle 7 de Abril y De Pouly, cerca de su casa del barrio Parque Mar. Entonces allí lo dejó y siguió con sus planes.
Después de la reunión, Iglesias se dirigió a la vivienda de una familia a organizar la compra de unas chapas para una refacciones en el hogar de un tutelado. Y de allí se comunicó con un familiar para que le solicitara un remís que le permitiera retornar a su barrio.
Lo investigado por el fiscal Rodolfo Moure en primera instancia y luego por Caro confirma que en horas del mediodía Iglesias llegó a su casa, donde se quedó hasta pasadas las 16. Entonces decidió ir a buscar su automóvil encajado, que estaba en las cercanías.
Para la fiscalía, horas antes, Esteban Fabián Cuello, un ex convicto que vivía a 100 metros de donde estaba el automóvil, se metió en el habitáculo y se apoderó del estéreo musical que tenía colocado. Para robarlo ejerció fuerza sobre el cableado de conexión y allí dejó su ADN, tal como quedaría establecido por medio de las pericias químicas.
A las 16.30, Iglesias llegó hasta el automóvil y no está claro si se cruzó con Cuello o fue a la casa a pedirle ayuda para mover el vehículo, ya que es el inmueble más cercano. De lo que no hay dudas para la fiscalía es que Iglesias caminaba por calle De Pouly entre El Porvenir y De Todos Los Santos cuando fue sorprendida por Cuello.
La autopsia informó que la mujer fue golpeada ferozmente en distintas partes del cuerpo y en especial en la zona del cráneo. Semi desvanecida Iglesias fue conducida hasta unos arbustos ubicados a 20 metros de la calle, sobre una manzana descampada con densa vegetación, donde fue abusada sexualmente por vía anal y vaginal. Luego el autor, que para la fiscalía es Cuello, le sujetó a Iglesias un cordón en la zona del cuello a modo de lazo "atando uno de los extremos al tronco de un arbusto a 25 cm del suelo, causándole la muerte por estrangulamiento". Así lo detalla la causa.
Iglesias falleció a causa del estrangulamiento a lazo por mecanismo mixto, por oclusión vascular y aérea y luxofractura cervical. Es decir que el cordón le fracturó la columna y además le impidió la circulación sanguínea al cerebro.
Antes de huir el asesino se apoderó de un teléfono celular de la víctima.
Las pruebas
Para el robo del estéreo la incriminación se sustenta en los dichos de un testigo que dijo haber visto a Cuello en las proximidades del Renault 9 con un estéreo en sus manos, pero si no era suficiente, por el hallazgo de su perfil genético en los cables cortados, que quedaron en el tablero del vehículo.
Respecto al crimen, la fiscal Caro concluyó que el ADN de Cuello depositado en distintos receptores fue determinante para la acreditación de autoría. El material genético apareció sobre el corpiño encontrado a escasos metros del cuerpo de la víctima, en el hisopado vaginal y bucal de ésta y en su bombacha. "Dicho resultado resulta ser concluyente y permite vincular a Cuello en el abuso sexual que culminara con la muerte de Laura Iglesias", explicó la fiscal en su fundamentación para llegar al juicio.
Finalmente, al detenido Cuello vestía un pantalón de jogging gris, prenda que luego fue analizada y entregó otro dato clave: había allí material genético de Iglesias.
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