Aunque se redujo el número de siniestros y víctimas, eso es lo que se gasta en servicios de salud para los heridos que provoca la violencia vial, además del dinero que se paga por seguros, indemnizaciones y pensiones por invalidez.
Los siniestros provocan 16 mil discapacitados al año, que insumen gastos en cuidados sanitarios por 900 millones de dólares, mientras que los casi 100 mil heridos le demandan al sistema de salud otros 600 millones. “El 20% de los hospitales, sobre todo públicos, están ocupados por heridos de tránsito, en terapias intensivas, operaciones de urgencia, prótesis o largos tratamientos”, remarcaron desde Luchemos por la Vida.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay 3000 muertes por día en el mundo por accidentes de tránsito, y más de 40 millones sufren lesiones no fatales. Más del 90% de estos hechos ocurre en países en desarrollo. El Ministerio de Salud informa que el país presenta “un riesgo intermedio de mortalidad por lesiones de tránsito”, con una tasa nacional de 14,5 muertes cada 100 mil habitantes. Las lesiones traumáticas son la cuarta causa de muerte a nivel de la población general (20.009 muertes registradas en 2008) y la primera en personas de hasta 44 años. Gabriel Ive, titular de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias, aseguró a Tiempo Argentino que “la idea del ministro (Juan) Manzur es tomar como una política de Estado lo referido a las lesiones traumáticas, que se dan en un 30% por hechos de tránsito”.
Por su parte, la justicia tiene ocupada en un 30% su capacidad con causas sobre tránsito, que demandan un gasto anual de 900 millones de dólares, a través de juicios e indemnizaciones. Luchemos por la Vida estimó en 125 mil dólares el promedio que se paga por cada vida perdida. El ministro de Justicia, Julio Alak, pidió al Poder Judicial “más servicios, no alcanza con una fiscalía especializada en normas de tránsito y que ese fiscal esté en el fondo del edificio, tapado con una multitud de causas”, y al Legislativo le solicitó “trabajar para establecer leyes de seguridad vial, donde se establezcan sanciones más duras para los que no cumplan con las normas, para que el que mata producto de una imprudencia no se vaya a la casa”.
Además, las pensiones por fallecimiento y las jubilaciones por invalidez (estimadas en 150 mil) demandan otros 500 millones de dólares. Sin embargo, el área donde más dinero se destina a paliar los siniestros viales: el de los seguros. Luchemos por la Vida lo calcula en unos 2000 millones de dólares, aunque desde el sector lo estimaron en 3300 millones de pesos. El costo medio de cada hecho ronda los 2500 pesos. Francisco Astelarra, director de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros, comentó a este diario que lo que más les preocupa “es la siniestralidad en motos, que aumentó muchísimo. Se están vendiendo 60 mil motos por mes, y muy pocas se manejan con prudencia”.
Los distintos especialistas coincidieron en remarcar la importancia de que se haya creado –en 2008– la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que mediante programas de concientización y control logró la disminución de velocidades promedio (15%) y de alcoholemias positivas (50%), además de un incremento en el uso del cinturón de seguridad (43%) y el casco (19,5%), que posibilitó el último verano bajar un 19,5% el número de víctimas fatales y un 22% el de siniestros. “El hombre protagoniza el 67% de las lesiones, casi la mitad con presencia de una moto, y usa más el cinturón de seguridad, mientras que en el grupo etario de 24 a 28 años, el 19,5% de los hombres manejan alcoholizados, y las mujeres, sólo el 4,5%. De los 25 a los 34 años, ese índice aumenta en el hombre al 22%”, agregó Ive.
Durante la apertura del Primer Foro contra la Violencia Vial, desarrollado en el Senado la semana pasada por familiares de víctimas, el director ejecutivo de la ANSV, Felipe Rodríguez Laguens, remarcó que “el notable crecimiento del parque automotor, de un 10% anual, obliga a extremar las acciones para evitar pérdidas de vidas humanas en accidentes que se pueden evitar”.
Ive concluyó que “se trata de un problema muy grave y transversal, que atraviesa muchas dependencias. Por cada muerto, quedan tres pacientes con alguna secuela definitiva y 75 con secuelas temporarias, que además provocan pérdida de productividad. Pensemos que por cada peso que se gasta en prevención, se ahorran cinco en la atención de los pacientes”.<
Datos para sembrar conciencia
Si bien se redujeron un 22% en el verano de 2011 respecto de 2010, los hechos de tránsito demandan un gasto de 5000 millones de dólares al año, en concepto de seguros, indemnizaciones y atención sanitaria a heridos.
En los últimos tres años (desde la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial), el número de víctimas se redujo un 19,5%, aunque sigue siendo alto: mientras que en 2008 eran 7800, en 2010 fueron 7300.
Cada conductor alcoholizado que muere en un siniestro vial provoca cuatro muertos pasivos.
El 50% de las familias que mueren en siniestros viales son víctimas de conductores que exceden las velocidades máximas.
El 50% de las distracciones al volante se producen por hablar con celular.
Aumentó del 24% al 31% la participación de motos en siniestros con víctimas. Cada cuatro muertos en siniestros con motos, hay un joven que no usaba casco.
El 70% de los niños que mueren en accidentes viales no usaba casco de seguridad.
En Mendoza ya hicieron las cuentas
El gobierno mendocino destina para asistir a heridos en hechos de tránsito más de 30 millones de pesos anuales. El dato lo dio la Comisión Evaluadora de Accidentes de Tránsito, que realizó un análisis basado en estadísticas de 2010 sobre siniestros viales en el distrito, donde murieron 314 personas.
Adriana Koch, directora de Epidemiología, precisó que el promedio de edad de las víctimas mortales es de 41 años, hombres en su mayoría. Las causas más habituales: exceso de velocidad y cansancio del conductor. “Lo bueno es que se ve una reducción importante en el grupo de 16 a 39 años, o sea que las estrategias preventivas tienen impacto”. Y destacó que los “heridos graves para el sistema público de salud representan aproximadamente 3000 ingresos al año”. El tiempo de permanencia de los lesionados graves es, en promedio, de 12 días. “De ellos, un 30% queda con discapacidad”, concluyó
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