A pesar de haber denunciado irregularidades en la administración anterior, comandada por Raffaele Sardella, el actual gobernador decidió darle continuidad a tres de las principales piezas de la gestión denunciada, manteniéndolos en puestos claves.
En la arena política argentina, no todo es lo que parece. Especialmente en lo concerniente a los actos de corrupción que, día a día, pululan por los organismos estatales que, ligados a su suerte y con pocos órganos de contralor eficientes, se vuelven presa fácil de la codicia de unos pocos dirigentes políticos.
A pocas semanas de asumir, el gobernador Axel Kicillof dio luz verde a una denuncia a la administración anterior de Aguas Bonaerenses SA (ABSA), la concesionaria del estado provincial en el servicio de agua potable, como consecuencia de una auditoria que dejaba en evidencia los manejos irregulares del ex titular de la empresa, Raffaele Sardella y de sus acólitos.
Entre los puntos más álgidos, se encontraron gastos exorbitantes en vehículos de alta gama y suntuosos gastos de alquiler para el uso de las autoridades. Estas sospechas, sumadas a la casi total falta de inversión de la compañía y de la deuda de más de 1.000 millones de pesos que ostenta la empresa, le dieron forma a una denuncia formal.
Paradójicamente, la nueva gestión elegida por el gobernador Kicillof, que comanda Germán Ciucci, decidió sostener piezas claves de la administración anterior, algunas de las cuales incluso estuvieron involucradas en los hechos que se denunciaron a partir del 10 de diciembre.
Los ejemplos más llamativos son tres. Sebastián Aprea fue director Comercial durante la gestión anterior, y actualmente fue promovido a jefe de Control de Gestión. Jorge Luppo se mantiene a cargo de la Prensa de la empresa de ABSA, comandando el equipo desde la gestión de María Eugenia Vidal. Finalmente, Gastón Cima Berreta fue director de Administración de Finanzas en los años que funcionó la gestión previa, uno de los puestos más cuestionados por los sobreprecios. Actualmente, ocupa el cargo de jefe de Administración.
De este modo, mientras la gestión bonaerense se desgarra las vestiduras ante los medios de comunicación y denuncia irregularidades en el gobierno anterior, los entremeses de la política muestran la verdadera cara: le dieron continuidad a tres piezas claves, mostrando en los hechos la continuidad de los manejos de la administración que pasó.
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