Las negociaciones entre Massa y Randazzo llevaron al intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, a evaluar -más que nunca- su definitivo pase a Cambiemos. No obstante, como el Viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García De Luca, es una figura fuerte dentro de ese territorio, las tratativas del pase tiene un lado B: el mandamás chivilcoyano deberá abrir la interna en el 2019.
No es la primera vez que se habla del posible salto del por ahora intendente massista de Chivilcoy, Guillermo Britos, a Cambiemos pero sí la primera que se conocen algunas condiciones del futuro acuerdo.
Es que el acercamiento entre Massa y Randazzo activó la combustión en el Frente Renovador chivilcoyano que, en las pasadas elecciones, cayeron derrotados ante el randazzismo y por tal motivo, en las últimas horas, se aceleraron las negociaciones.
De hecho, tras conocerse los primeros coqueteos entre el tigrense y el exministro kirchnerista, Guillermo Britos envió a su hermano Fabio a emitir para dejar en claro cuál era la posición de la gestión local.
Fabio Britos consideró que sería una “vuelta al pasado” un acuerdo entre el intendente de Tigre y el ministro del Interior y Transporte de Cristina Fernández de Kirchner. No es para menos: Randazzo digitó durante años la política local y su espacio es su principal rival político.
“Junto con Guillermo (Britos, intendente), Mauricio D´Alesandro y muchos otros decidimos apoyar a Sergio Massa en 2015 porque se mostraba dispuesto a construir futuro enfrentándose con el pasado, en el cual estaban Cristina Fernández, Florencio Randazzo y varios más, por lo tanto cada paso que dé Massa que, para nosotros, signifique una vuelta a ese pasado nos aleja de su espacio político”, sentenció.
Si bien todavía falta para que se produzca la tan ansiada foto, La Tecla pudo tomar conocimiento de que Provincia apretó el acelerador y puso una condición sine qua non para terminar de abrirle la puerta. La misma es simple: el mandamás chivilcoyano deberá abrir la interna en el 2019.
Como se sabe, el Viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García De Luca, es una figura fuerte dentro de ese territorio y, en la actualidad, como segundo de Rogelio Frigerio, tiene el aval de Nación para conservar el sello Cambiemos.
La relación entre Britos y De Luca no tiene vuelta atrás. El primero acusa al segundo de no realizar gestiones desde su lugar de trabajo para Chivilcoy y el segundo le retruca al primero que acercó una sola propuesta o proyecto.
El foco del conflicto entre ambos, por fuera de la política, radica en una deuda que el gobierno nacional mantiene con la gestión municipal y que Britos heredó del exintendente local, Darío Speranza.
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