Una investigación realizada en la ciudad cordobesa donde funcionaría la planta de Monsanto demuestra que en los barrios cercanos a cultivos se pierden 25 de cada 100 embarazos, 40 veces más que la media nacional. Las enfermedades se concentran en la población más expuesta a agroquímicos
La situación sanitaria observada en Malvinas Argentinas se asemeja de manera notable con las problemáticas detectadas en el barrio Ituzaingó Anexo de la ciudad de Córdoba, caso emblemático de las consecuencias que los agroquímicos pueden ocasionar en la salud. El agravante es que en la localidad investigada recientemente, Monsanto está construyendo una de las plantas de producción de semillas de maíz más grandes del mundo.
Esta situación fue justamente la que motivó a un grupo de cientifícos a analizar la situación socio ambiental y sanitaria de esa ciudad. Ante los preocupantes resultados obtenidos, advirtieron que el funcionamiento de la polémica planta en el lugar agravaría el cuadro de vulnerabilidad detectado en la población.
La salud reproductiva es uno de los aspectos más alarmantes que revela el estudio realizado sobre 3.563 pobladores de Malvinas Argentinas. La localidad posee el índice más alto de abortos espontáneos de Argentina, ya que se pierden el 22% de los embarazos de mujeres en edad reproductiva, un dato que asciende al 25% en los barrios más expuestos a fumigaciones. El número es 40 veces mayor a la media nacional, que constituye un 0,6%.
A la vez, en base a la comparación entre la cantidad de enfermedades registradas en los sectores de la ciudad más alejados a los campos y aquellos barrios que lindan con los cultivos, la investigación de la UNC indica que en éstos últimos existen ocho veces más probabilidad de padecer cáncer y más del doble de riesgo de nacimientos con malformaciones.
En tanto, la incidencia de las enfermedades pulmonares y la dermatitis en toda la localidad superan los promedios registrados a nivel mundial. Entre estas patologías también se observó una mayor cantidad de casos en los habitantes expuestos a agroquímicos.
“La primera conclusión fue que Malvinas Argentina posee el perfil de enfermedades que caracteriza a los pueblos fumigados en la Argentina”, afirman los autores de esta investigación, impulsada por el médico Medardo Ávila Vázquez, quien también fue querrelante en el juicio por fumigaciones de barrio Ituzaingó Anexo en la capital provincial.
“Algo grave está pasando”
La conclusión del estudio realizado durante cuatro meses en Malvinas Argentinas a través de técnicas cualitativas y cuantitativas establece: “El alto impacto encontrado en salud reproductiva, respiratoria y dérmica más la distribución espacial de las mismas, incluyendo tumores y cánceres, con mayor presencia en las zonas más expuestas a los pesticidas, reflejan grados de vulnerabilidad ambiental muy grandes”. Además, el estudio recuerda que según el último censo esta localidad es la más pobre de la provincia, lo que agrava su situación sanitaria.
Pero más allá de las particularidades de este caso, el informe difundido días atrás en conferencia de prensa destaca el significado que estos datos adquieren en relación a las consecuencias de las fumigaciones para la población.
Recordando que en Argentina los abortos espontáneos tienen una prevalencia de alrededor de 0.6% entre las mujeres en edad reproductiva, los médicos alertan: “Un valor de 22% de abortos espontáneos en Malvinas Argentinas nos dice que algo grave está pasando. Estos valores se corresponden con los hallados por el grupo de investigación de la Dra. Aiassa (Universidad Nacional de Rio Cuarto y el Conicet), quien encuestando 166 hogares de la localidad de Las Vertientes en Provincia de Córdoba, Argentina, en el año 2008 encontró que el 19% de mujeres en edad reproductiva tuvieron 1-2 o más abortos espontáneos”.
Y agregan: “Estos valores le están dando la dimensión a un problema referido por médicos obstetras y generalistas de cientos de pueblos fumigados en la Argentina”.
En este sentido, la investigación señala que “agrotóxicos y pérdida de embarazo es una relación cada vez más notificada en todo el mundo” y explica que en la población de Malvinas Argentinas no se encontraron otros factores que podrían estar afectando la salud reproductiva.
A la vez, en base a la distribución espacial de nacimientos con malformaciones en la localidad estudiada, sus autores destacan: “En este estudio también se verificó que hay mayor probabilidad de tener hijos con malformaciones si el hogar está más cerca de campos fumigados”.
Algo similar ocurrió con los casos de cáncer. Aunque la cantidad de afectados se encuentra dentro de las tasas estipuladas a nivel mundial, nuevamente la mayoría se concentran en los barrios más expuestos a fumigaciones.
Ante este panorama detectado en Malvinas Argentinas, en su conclusión la investigación de la UNC establece: “Someter a esta población a un nuevo golpe en su salud ambiental, como el que generará una enorme planta de semillas transgénicas de Monsanto en su jurisdicción no es recomendable desde el punto de vista médico e intolerable desde el punto de vista social”.
Un problema que se expande
La ciudad de Malvinas Argentinas se encuentra en una zona rural de gran actividad productiva, donde según los profesionales las aplicaciones de pesticidas se realizan intensamente alrededor de la localidad “sin existir retiro ambiental real (los cultivos y fumigaciones llegan hasta el mismo borde de las viviendas), de manera que la deriva de los pesticidas caen sobre la población exponiéndola a sus efectos”. Esta situación se repite en una gran cantidad de pueblos de nuestro país.
En ese marco, el estudio subraya el importante aumento de aplicación de agroquímicos registrado en las últimas décadas en Argentina: “El consumo nacional de estos venenos aumentó de 34 millones de litros en 1990, a 375 millones en 2012”.
Y continúa: “En los territorios donde se fumigan estos agrotóxicos viven doce millones de personas, y desde el año 2000 crecen las protestas de los habitantes que resultan afectados en su salud”.
Los investigadores advierten que estos cambios en la agricultura también se perciben en el consultorio: las patologías asociadas a las fumigaciones, poco habituales tiempo atrás, “ahora componen más del 80% de las consultas médicas de la población rural fumigada”, relata el estudio.
La salud de Malvinas Argentinas en numeros
* Embarazos: se pierden el 22% de los embarazos por abortos espontáneos, cifra que asciende a 25% en barrios más expuestos a fumigaciones. Se trata del índice más alto de Argentina.
* Enfermedades Respiratorias: afectan al 15% de la población de la ciudad y a un 20% en los barrios lindantes con cultivos.
* Dermatitis: la incidencia de esta patología en la localidad cordobesa es de 9% mientras que a nivel mundial es tan sólo de entre un 1% y un 3%.
* Cáncer: afecta a un 1,83% de la población, en consonancia con la incidencia estimada en el mundo, pero todos los casos detectados se encuentran en la zona más expuesta a pulverizaciones.
Buscan generar un centro de atención para pacientes afectados por agroquímicos
El pediatra Medardo Ávila Vázquez, uno de los autores de la investigación realizada en Malvinas Argentinas, advirtió que “el sistema de atención de salud no está preparado” para responder a las consecuencias de las fumigaciones en la salud. Por ello, junto a otros profesionales buscan crear este año un centro de atención especializado para pacientes afectados por agroquímicos en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Córdoba.
“Además de los relevamientos epidemiológicos, nos preocupa la atención de los enfermos, porque tiene características propias”, indicó el médico que además fue querellante en el primer juicio por fumigaciones ante el impacto de esta actividad en la salud de los habitantes del barrio Ituzaingó Anexo.
En este sentido, Ávila Vazquez relató que existen diversas dificultades para tratar de manera adecuada a las personas afectadas por las pulverizaciones y brindarles un tratamiento y seguimiento adecuado.
“No tenemos formación en las facultades, no hay programas ni campañas de los gobiernos para trabajarlo y en la universidad el tema está muy disperso. Estamos en una etapa de tratar de registrarlo y denunciarlo pero nos encontramos con una demanda de atención de pacientes y colegas que piden información -que intentamos dar a través de la Web para difundir información científica- pero necesitamos un centro que se dedique a este tema”, advirtió el especialista.
La respuesta de los médicos
Ávila Vazquez explicó que la toxicología tradicional se dedica especialmente a las intoxicaciones agudas y no abarca la exposición crónica y periódica a los tóxicos, tal como ocurre en las poblaciones expuestas a agroquímicos. “Eso genera una nueva situación de atención médica que es lo que vamos intentar elaborar. Hay un déficit muy grande en cuanto a qué respuestas damos a los pacientes”.
Es por ello que en los próximos meses un grupo de profesionales de distintas especialidades pretende crear un centro de atención para estos pacientes con el apoyo de la Universidad Nacional de Córdoba.
“Los médicos no saben a dónde derivar, con quién consultar, qué hacer. Pueden atender un caso pero después preguntan cómo seguir estudiando a los familiares, qué medidas preventivas se pueden tomar”, ilustró el especialista en la temática.
Y agregó: “Hay tantos pacientes generados por esto que se convierten en un grupo específico, que son pacientes contaminados, y es necesaria una respuesta sistemática, interdisciplinaria”, finalizó.
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