La líder de la Tupac fue citada a indagatoria por el escrache al senador radical Morales. Recusó al juez y se negó a declarar. Paro de los estatales en su respaldo.
“El juez dice que me acusa porque Gerardo Morales me nombra y el abogado del senador le preparó la declaración a René Orlando Arellano. Un compañero, Hugo Viltes, nos vino a contar que a él también le habían ofrecido plata para que declare contra mí”, dijo la tupaquera. El abogado de la CTA jujeña y de la Tupac, Luis Hernán Paz, dijo a este diario que “sospechosamente Arellano, después de firmar esa declaración, se mudó de un barrio marginal a un departamento en el centro de Jujuy valuado en 800 mil pesos.” Recién en agosto, Arellano y Cristina Noemí Chauque, acompañados por el abogado de Morales, César Luciano Rivas, se acercaron al juzgado a testimoniar bajo juramento que habían participado de reuniones con Sala y la señalaron como ideóloga de la agresión al senador radical que venía denunciando a la dirigente como violenta. Paz aseguró que tanto Arellano como Chauque habían sido expulsados de la organización Argentina Avanza y de la red de organizaciones sociales, luego de que la ministra de Educación, Liliana Domínguez, les endilgara haberse quedado con un contrato de más de 500 mil pesos para refacciones y obras públicas.
El 16 de octubre de 2009, al salir de una charla en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de San Salvador, Morales fue abordado por militantes de la red de organizaciones sociales, que integran 25 agrupaciones, incluida la Tupac Amaru. Milagro Sala estaba a 50 kilómetros del lugar en una asamblea en Monterrico y apenas se enteró de que Morales y el diputado, también radical, Miguel Angel Giubergia la estaban señalando como responsable de los huevazos salió a desmentir su participación por los medios. Pero el relato del senador no se alteró y presentó la denuncia primero ante la Justicia provincial y luego la reiteró ante el juez federal de turno: Cardozo. El conflicto de competencias no se resolvió pero Cardozo, conocido porque cuando era fiscal durante la dictadura no hizo lugar a ningún hábeas corpus por detenciones ilegales, avanzó igual.
“Señor juez, me endilga que yo habría participado de amenazas a Morales, porque le tiraron huevitos ensuciándole su trajecito, mientras en este juzgado se ventilan denuncias por un delito penal electoral y duerme el sueño de los justos. El hijo del diputado Giubergia, el mismo que me acusa a mí, está imputado en esa causa”, le dijo Sala a Cardozo. Luego de negarse a declarar porque no está resuelta la competencia, la dirigente también le recordó al magistrado otras denuncias como el tráfico de drogas en el Servicio Penitenciario o el contrabando de harina en la zona de la Puna, que están en su juzgado y que no avanzan.
El defensor de Sala explicó que, además de la recusación a Cardozo, plantearon la nulidad de la citación porque “no tiene fundamento, es ilegal, se viola el derecho a defensa al pretender indagarla por algo que desconoce. Nos presentamos nada más que para no quedar en estado de rebeldía”. La Cámara de Salta tendrá que expedirse sobre la recusación a Cardozo. La secretaria general de la Tupac Amaru consideró que la actitud del juez es una “persecución” orientada a ella y recordó que “las reiteradas amenazas de muerte que sufren ella, su madre y sus hijos” nunca fueron investigadas por la Justicia.
Las siete cuadras que separan la plaza central de la capital jujeña de los juzgados federales mutaron ayer en una marea de organizaciones sociales, gremios de la Central de Trabajadores Argentinos, de la Confederación General del Trabajo, de Pueblos Originarios, de Madres de Plaza de Mayo, de Hijos y de miles de personas sueltas –entre ellas la periodista Sandra Russo, la viuda del maestro Carlos Fuentealba, Sandra Rodríguez, y la ex diputada Marcela Bordenave– que se solidarizaron con la líder tupaquera. “En la historia de Jujuy, nunca hubo tanta cantidad de gente en la calle. Estuve todo el día recibiendo el apoyo de los compañeros”, repetía anoche Sala rodeada de sus tupaqueros.
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