El oficialismo volverá a intentar hacerse fuerte criticando al kirchnerismo. El Frente de Todos trabaja en un mensaje para atraer al esquivo bahiense medio.
Por Maximiliano Allica
El Mundial de Fútbol interrumpe, por intervalos, el calor de la discusión política. Si bien es indudable que la mayoría de los argentinos en estas semanas le prestó más atención a la pelota, eso no impide que los potenciales protagonistas de 2023 sigan armando su juego.
Una de las figuras en Bahía Blanca el año próximo será, ya no quedan muchas dudas, la senadora Nidia Moirano. El trabajo de instalación desde el comando Pro para ubicarla como la mejor opción para suceder a Héctor Gay se advierte de manera cada vez más nítida, con mucha presencia en actos oficiales e intensa actividad en redes sociales.
De hecho, de a poco se empiezan a dejar ver los ejes sobre los cuales buscará hacerse fuerte en una campaña que, en términos reales, comenzó apenas finalizadas las elecciones legislativas 2021, pero acelerará en febrero-marzo próximos, luego del remanso de enero.
El gasto político, tal como ella misma planteó al pedir la unicameralidad de la Legislatura y la reducción a la mitad de los miembros de los concejos deliberantes, es uno de los mensajes con los cuales intentará llegar al electorado. Otro, que no es original pero ya comenzó a exhibir como idea-fuerza, es la dicotomía kirchnerismo-antikirchnerismo.
Se trata de un contrapunto que, hasta hoy, le resultó muy redituable a los amarillos de este distrito. El bahiense promedio, en casi todos los casos (la excepción fue 2011), le dio la espalda en las urnas a Cristina Kirchner y sus dirigentes más cercanos. Y pese a que la vicepresidenta ya anunció que no estará en ningún lugar de la boleta el año que viene, es muy probable que continúe siendo el pivot del Frente de Todos, tanto en la discusión pública como en el armado de las listas.
Moirano mostró una primera carta la semana pasada, confrontando al casi seguro candidato a intendente del FdT, Federico Susbielles.
El presidente portuario, tras el fallo de la causa Vialidad, fue uno de los primeros en defender a CFK. "Vergonzante fallo. Se llevaron el título que buscaban violentando todos los principios del derecho y la credibilidad de la justicia, en una sentencia política y no jurídica. Nos merecemos una democracia mejor. No aflojemos, sigamos construyendo con fuerza y convicción con Ella".
La legisladora no esperó para responderle. "Desafortunado mensaje, que atenta contra la libertad de expresión y la división de poderes. Algo que ya es costumbre en tu espacio político. Al kirchnerismo le importa poco y nada la justicia independiente, solo pretenden conformar una funcional a Cristina y a su poder político".
No es el primer cruce entre ambos. Susbielles le había apuntado a Moirano diciendo que "hay que tuitear menos y trabajar más", luego de que la senadora le pidiera al gobernador Axel Kicillof por el avance en las obras de agua cuando comenzaba la época de calor, a fines de octubre.
El dato, en definitiva, es que así como el referente peronista trabajó durante todo este tiempo para convertirse en la contrafigura de Héctor Gay, la legisladora Pro está buscando instalarse como la contracara del hasta ahora más firme candidato de la oposición local. Ese contraste, cuanto más fuerte sea, entienden que la favorece.
Por supuesto que hay otros aspirantes en ambos espacios, pero en principio estos dos serán los que tengan mayor soporte de los aparatos.
¿Por dónde le pegarán a Moirano? Respecto del recorte del gasto político, se le viene criticando que recién ahora, luego de 7 años como senadora bonaerense, busca avanzar sobre ese punto. Y que el presupuesto municipal 2023, que presentó junto al intendente para anunciar reducción de cargos y anular diferentes tasas, tiene un efecto más propagandístico que otra cosa ya que su incidencia sobre las cuentas municipales es muy menor.
Es verdad que muchas tasas a eliminar cayeron en desuso o recaudan muy poco. Pero también es real que las quitas en patentes municipalizadas o que el aumento del ALC por debajo de la inflación proyectada (suba promedio del 66% contra un IPC probable en torno al 100%) sí tienen impacto. La comuna bien podría cobrar más patentes e incrementar el comúnmente conocido "impuesto municipal" en línea con la inflación y elige no hacerlo. Para quienes zafan de esos gastos, no deja de representar un alivio.
A propósito de los cargos políticos, no miente quien afirma que el ahorro es muy bajo. No obstante, esos gestos, que es cierto que tienen mucho de pose proselitista, van en línea con lo que reclaman amplios sectores de la sociedad. ¿Sería preferible que no los tuvieran? Es muy finita la discusión.
Sí alguien podría señalar que el oficialismo debería profundizarlos para que les toque más de lleno. Por ejemplo, exigirles a sus concejales que promuevan una rebaja en sus salarios, ya que la ley orgánica de las municipalidades les da margen. Claro que ahí también se verían afectados los haberes de los miembros de la oposición. Entonces, quizás, ese tema se eluda.
De hecho, esta semana le resultó bastante incómoda la pregunta de cuánto ganaba a la titular del Concejo, Fabiola Buosi (Pro), quien aseguró no saber con certeza el monto de sus haberes. Nadie que le cueste llegar a fin de mes daría una respuesta así.
Seguramente otro de los temas contra Moirano será la acusación de que se adueñó de grandes extensiones de tierra en nuestra ciudad a partir de un uso indebido de la figura de usucapión, es decir, la apropiación legal de un espacio por ocupación veinteañal. Hay que ver quién lanza esos dardos, si los dirigentes de primera línea o será algo subrepticio. Como sea, en el entorno de la líder del Pro afirman que está preparada para responder todas y cada una de las preguntas que le hagan al respecto. No solo niega que sea cierto sino que afirma que la presentación judicial en su contra realizada en 2014 por parte de Dámaso Larraburu fue un bleuf.
Una cosa une a Susbielles con Moirano. En las mesas del FdT también creen que lo favorece el contraste. Entienden que, por más que se esfuercen en suavizarla, da imagen de mujer dura y poco empática, lo contrario de lo que intenta construir el exbasquetbolista hace varios años.
Puede ser. Pero el problema clave del Frente de Todos en Bahía, a diferencia de Juntos por el Cambio, es que le cuesta encontrar buenos ejes de discurso para seducir al público en tiempos electorales.
El año que viene, con casi 8 años de gestión a cuestas, al gobierno de Gay no será difícil exponerle las hilachas. El problema eterno es hasta dónde le interesa a la gente el debate netamente local, con una administración que, en definitiva, puede tener problemas pero de ninguna manera se percibe ominosa. Encima, en simultáneo, estará en juego la presidencia y el rumbo del país. La historia reciente demuestra que la nacionalización del clima electoral le juega ampliamente a favor a Juntos, sobre todo con un gobierno central actual hiper desgastado, sin candidatos sólidos y cristina-dependiente.
Hay una discusión abierta en el peronismo local muy interesante, acerca de su identidad. El pretendiente a candidato a intendente Sebastián Mas sostiene que el justicialismo bahiense debe encontrar un perfil propio, localista, que no esté atado a los mandatos de los comandos nacionales. Una suerte de analogía con el peronismo cordobés, despegado de las grandes cúpulas y vencedor frecuente en su provincia. Alinearse de manera tan estrecha con las corrientes nacionales, expresa esa lógica, aquí abajo no da réditos.
Construir esa propia identidad tal vez tampoco los dé en el futuro cercano, pero no deja de ser una idea atractiva en proyección. Quien supo manejarse con habilidad en ese terreno fue Cristian Breitenstein, más allá de que es cierto que en esos años no existía una fuerza antiperonista consistente, seriamente competitiva, en la ciudad ni en el país. Como sea, es el último justicialista ganador en Bahía.
En el atardecer del lunes, en la Plaza de los Algarrobos ubicada a la vera de avenida Parchappe, el PJ bahiense convocó a un plenario abierto de la militancia, titulado "Democracia o Mafia", el lema de la vice para definir su contragolpe hacia el Poder Judicial, los grandes medios y el larretismo.
Allí estuvieron representadas casi todas las corrientes del Frente de Todos local. Algunos de los que tomaron la palabra fueron la senadora bonaerense y referente camporista Ayelén Durán, el siempre vigente Larraburu, el titular del PAMI y ascendente alfil susbiellista Alvaro Díaz, y el mismo Susbielles, quien realizó el discurso central en un encuentro donde también hicieron uso del micrófono militantes de base.
El mensaje nodal fue estrechar fuerzas para pelear por la conducción de la ciudad contra lo que entienden es un modelo de exclusión representado por Cambiemos. También pidieron disminuir las discusiones internas o mantenerlas fuera de la agenda de los medios y hubo planteos muy especiales relacionados con combatir la desesperanza en las propias filas: léase, que muchos militantes y adherentes dejen de creer que ganar Bahía Blanca es un desafío imposible. Además, en un detalle interesante, el presidente del Puerto promovió la idea de avanzar hacia una PASO local, posibilidad que el Frente cerró el año pasado.
En el centro de todos los discursos estuvo Cristina, un eje de fortaleza para unir a la militancia pero de debilidad para atraer a los de afuera. Forzando la frase de John William Cooke, la vice es "el hecho maldito para la ciudad burguesa", ya que se trata de una figura refractaria para 3 de cada 4 bahienses que van a las urnas.
Para ganar una elección, dicen los más experimentados, se necesitan tres cosas: un buen candidato, un buen slogan de campaña y un clima social favorable. Para lo primero, el FdT tiene opciones. Para lo segundo, hasta ahora no demostró tenerlas pero está trabajando intensamente en encontrar un discurso que se amolde al paladar del bahiense promedio; hoy gran parte de la energía de los equipos comunicacionales está puesta ahí.
Y, para generar un buen clima social a la hora de ir a las urnas, desde acá no tienen mucho margen porque depende de que los liderazgos nacionales acomoden la economía. Lo único que les queda es elegir entre la fidelidad o el pragmatismo.
¿Qué quiere decir ser pragmáticos? Desmarcarse de las figuras nacionales del Frente, que vengan poco y nada a Bahía el año próximo, y que la imagen de los afiches de campaña sean solo con los candidatos de acá, ocultando todo lo posible a quienes disputen Presidencia y Gobernación.
Incluso, llegado el día, hacer campaña repartiendo la boleta cortada. Esto significa dejar en las casas un sobre con el candidato a presidente favorito de la mayoría (sea de Juntos o hasta el libertario Milei), acompañado del candidato a intendente propio. No es una táctica habitual en este distrito, aunque es una alternativa.
A un lado y otro de la grieta se han hecho cosas mucho peores para conseguir un voto. Esto, en definitiva, sería perfectamente válido.
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