Rodríguez Larreta pidió evitar las internas en los distritos donde gobierna el Pro, un guiño para Nidia Moirano. Y la otra frase: qué dijo el impulsor de Lorenzo Natali, Emilio Monzó.
Por Maximiliano Allica
El sábado fue un día importante de cara al ordenamiento electoral en la provincia de Buenos Aires en general y, en Bahía Blanca, en particular. Horacio Rodríguez Larreta, el presidenciable del Pro que más venía defendiendo la posibilidad de contar con un amplio abanico de opciones en las PASO en cada categoría (presidente, gobernador, intendentes) afirmó en nuestra ciudad que en aquellos distritos donde Juntos es gobierno lo ideal es que no haya primarias sino que se dé prioridad al jefe comunal que va por su reelección o bien a la persona que éste designe para sucederlo.
El razonamiento es que en los 22 municipios donde gobierna el Pro y los más de 30 donde manda el radicalismo no se divida el voto en agosto, dando margen a buenos resultados individuales del Frente de Todos o La Libertad Avanza que puedan ser utilizados como propaganda de cara a las generales. Ejemplo: si Juntos tiene a los candidatos A y B que sacan 18 y 16 puntos cada uno, y sus adversarios obtienen 25 y 20, individualmente los de JxC quedarán tercero y cuarto. En realidad sería un triunfo como coalición, pero sus oponentes pueden instalar la duda.
Mucho más importante: abundan los casos donde los perdedores de una interna luego trabajan en contra de quien los derrotó, empujándolo al abismo. He ahí los principales argumentos de los anti PASO, que actualmente proliferan en Juntos.
Las declaraciones de Larreta provocaron diversas reacciones, en especial porque agregó "que quisiera, por el bien de los bahienses, que siga gobernando alguien del equipo de Héctor (Gay)", lo cual se sobreentiende como un apoyo a las aspiraciones de la senadora Nidia Moirano.
Antes de la conferencia de prensa en el Teatro Municipal hubo un almuerzo de mesa chica donde Gay, Moirano y Santiago Nardelli les plantearon a Larreta y Diego Santilli que promover las internas en comunas como esta era un error porque implicaba poner en riesgo territorios conquistados. No hacía falta convencer a los visitantes, horas antes el jefe de Gobierno porteño ya había realizado una manifestación similar en Olavarría, donde el intendente amarillo Ezequiel Galli se enfrenta a una situación parecida.
En esa comida en el barrio Patagonia, la tríada local reiteró su postura de que el dibujo preferible para enfrentar estas elecciones era la "Y". O sea, dos precandidatos a presidente (Larreta y Patricia Bullrich), uno solo a gobernador y uno solo a jefe comunal en los municipios que tienen a cargo.
Y los anfitriones dejaron en claro algo más: su intención de apoyar todas las candidaturas presidenciales que ofrezca el Pro, así como la decisión de que a todos los que visiten la ciudad en campaña se les dará similar tratamiento, se llamen Larreta, Bullrich o María Eugenia Vidal.
Esto último es curioso. No resulta normal que en el armado de una elección ejecutiva se pretendan poner tantas condiciones desde abajo. Una especie de verticalismo al revés. Quienes caminan los pasillos del poder aseguran que la mesa provincial del Pro, integrada por intendentes bonaerenses con Gay como uno de sus principales referentes, ha ganado un buen espacio a la hora de las decisiones. Su argumento es que supieron defender los territorios en 2019, con la marea nacional en contra, y por lo tanto merecen consideración. Si ese peso de los alcaldes de la Provincia es real o no, se sabrá con toda certeza cuando efectivamente se promulguen las candidaturas y se terminen de establecer las reglas de competencia interna.
Y hay otra interpretación sobre el verticalismo invertido: al no haber un liderazgo nacional incuestionable, los más chicos encuentran resquicios para plantarse.
Para completar el cuadro del Pro respecto de la "Y" o la "V" (esto es, dos precandidatos a presidente, dos a gobernador y uno a intendente) faltan las opiniones de Bullrich, Mauricio Macri y Vidal, la próxima en viajar a Bahía, el miércoles que viene.
La exgobernadora aún mantiene su proyecto presidencial, lo cual le permite seguir teniendo voz en los foros relevantes de su partido. Un detalle interesante será observar qué tipo de movimientos realizará en nuestra ciudad, ya que la última vez, en octubre pasado, su actividad principal fue en el búnker de Emiliano Alvarez Porte y Cristian Ritondo de calle Las Heras. Si se suma al movimiento pro-unidad distrital que fomenta el larretismo, tal vez deba cambiar la sede a la primera cuadra de Alsina.
A propósito de Ritondo, apenas el sábado le llegó un tuit con las declaraciones de Larreta, dio la orden de responderle. Alvarez Porte expuso una de las ideas que le transmitió el exministro de Seguridad: "No hay que tener miedo a la competencia".
El exfuncionario de Gay, vale decir, tuvo el decoro de no postear otras frases que disparó el ultra macrista Ritondo sobre Larreta, irreproducibles en horario de protección al menor.
También el Grupo Bahía Blanca de la UCR, de Elisa Quartucci, hizo una manifestación en el mismo tono. "Regla elemental de la política: nunca dejes al descubierto tu temor a competir, es el primer síntoma de una posible derrota".
Sin embargo, lo más importante en términos de precalentamiento de la arena electoral en Bahía provino de Emilio Monzó. El descubridor de Lorenzo Natali como cabeza de lista en 2021 e impulsor del exconductor de LU2 como potencial candidato este año, ofreció una entrevista en La Nación+ donde pareció bajarle calorías a las aspiraciones de su pollo local.
Sobre la estrategia electoral de JxC, Monzó afirmó: "Hay que ordenar la Provincia de Buenos Aires. Reglas: donde hay un intendente nuestro, no hay PASO. La excepción es la PASO, porque donde vos tenés el intendente no podés poner en riesgo el poder en ese territorio", sentenció.
Según se desprende de sus palabras, la prioridad tiene que ser el sostenimiento de los intendentes y sus equipos. Casi lo mismo que Larreta.
Pero por supuesto que esto es política y la frase tiene sus hendijas. El monzoísmo bien podría decir que en los municipios donde el jefe comunal no va por un nuevo mandato, tal el caso de Gay, el candidato único debe ser el dirigente de todo el espacio que mejor mida. Y ahí vendrá la guerra de encuestas.
También se puede agarrar de la aclaración que utiliza como válvula de escape: "La excepción es la PASO". Léase, no cerró completamente la chance de pedirla.
Por lo pronto, hasta donde es posible saber, Lorenzo sigue viajando seguido a Buenos Aires para reunirse con los asesores que lo ayudan a perfilar su futuro. Lo hizo esta misma semana. Ergo, el operativo no está detenido.
Volviendo al sábado pasado, en la conferencia de prensa uno de los oyentes era el senador Andrés de Leo, otro de los lanzados a la competencia por el sillón de Bordeu. Si bien el "lilito" tomó nota de lo que dijo Larreta, subrayó que Santilli aclaró que la idea de candidato único es para el Pro y que "son legítimas" otras aspiraciones dentro de la alianza. El punto ahí es si Larreta o Bullrich, suponiendo que no habrá más precandidatos a la Casa Rosada, les darán boleta a quienes no estén afiliados a su partido.
Eso recién se sabrá cuando la mesa nacional de Juntos, órgano rector de la coalición, dé su veredicto sobre quiénes podrán competir y cómo. Quizás se sepa a mediados o fines de mayo. Todavía hay final abierto.
"Tan abierto que nadie puede ordenar el espacio, porque nadie tiene más del 15% propio de intención de voto", se le escuchó decir a un conspicuo "lilito", para que retumbe en los oídos de un alfil amarillo.
Ahora, ¿cuál sería el impacto de una candidatura única para intendente de Juntos? Obviamente esa figura, que hoy todo indica que puede ser Moirano, se verá favorecida por el arrastre nacional, en una ciudad que hasta aquí fue proclive a votar a Cambiemos.
Imaginando que el Frente de Todos lleve a un solo candidato como Federico Susbielles (o incluso si el peronismo presenta una PASO casi testimonial con algún contendiente de menor nivel electoral) y lo mismo en La Libertad Avanza, el resultado de agosto será un claro pronóstico de lo que pueda ocurrir en octubre. En cambio, en un escenario de precandidatos múltiples, la disección de los comicios requerirá de demasiados elementos de análisis.
Con un postulante por cada alianza, si alguien saca mucha distancia el día de las primarias, la ventaja será casi imposible de descontar. Si el tablero queda parejo, los dos meses y medio hacia las generales pasarán al recuerdo como los más frenéticos en mucho tiempo.
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