La cumbre en Mar del Plata dejó tela para cortar. A diferencia de la campaña 2021, los intendentes PRO ahora abrazan a los "sin tierra".
Unidad. Esa es la premisa con la que los intendentes del PRO se fueron de Mar del Plata, donde el local Guillermo Montenegro fue anfitrión de la cumbre del nuevo foro, que busca rivalizar con sus pares de la Unión Cívica Radical (UCR), y teñir de amarillo la provincia.
Hubo algunos pases de facturas, y se pusieron sobre la mesa diferencias respecto a temas coyunturales de la provincia: subsidios al transporte y explotación de petróleo en el mar argentino, por ejemplo. Pero hubo más coincidencias y un objetivo: “apuntalar para adelante”, con el objetivo elecciones 2023.
El triunfo de Diego Santilli en las elecciones legislativas de 2021 dejó más que conforme a Juntos por el Cambio, que antes de las PASO no era tan optimista respecto a una victoria sobre el oficialismo. Pero la fórmula opositora y el voto castigo al Gobierno dieron un resultado que, incluso, ilusionó con recuperar el Gobierno nacional y provincial en 2023.
Sin embargo, también encendió las alarmas: el mapa bonaerense dejó más municipios rojos que amarillos, aunque el caudal de votos del conurbano logró mantener una fuerte mayoría en la interna de las PASO, 60% a 40%.
En la alianza opositora, todo se perfila para que PRO vs. UCR vuelva a ser la gran interna en 2023, y la disputa del liderazgo se incremente, pese a que luego de las PASO rápidamente Facundo Manes y el resto de los radicales se encolumnaron detrás de Santilli en los últimos comicios.
Ni amarilla, ni roja: provincia “Rosa” y el rol clave de la Territorial
Luego de las elecciones legislativas, el diputado provincial electo por el radicalismo Claudio Frangul dijo a INFOCIELO que “el amarillo sería un rosa”, en relación al mapa bonaerense: un conurbano amarillo, pero un interior claramente rojo.
El mismo análisis hacen puertas adentro desde el PRO, y que Mar Del Plata haya sido la sede del primer foro de intendentes es toda una señal de que buscarán moverse más hacia el interior de la Provincia, a diferencia de 2021 donde hubo recorridas pero los principales actos se centralizaron en La Plata y el conurbano.
En ese contexto, los intendentes ahora abrazan a un grupo de actores que hasta los últimos comicios miraban de recelo y disputaban tanto lapiceras como liderazgos: los llamados “sin tierra”, autodenominados “la territorial”: referentes municipales que no lograron imponerse en las elecciones de 2019 pero que mantienen el armado y traccionan votos.
Con el Frente de Todos en crisis, y con la posibilidad de ser reelectos luego de que la Legislatura bonaerense modificara la polémica reglamentación de María Eugenia Vidal a las reelecciones indefinidas, los cañones de los jefes comunales PRO ahora apuntan hacia adentro, y buscarán desterrar a sus pares radicales para que el mapa bonaerense vuelva a teñirse de amarillo.
El "operativo seducción" ya comenzó. Semanas atrás, la alianza Néstor Grindetti - Julio Garro, "Hacemos", convenció a Ramiro Tagliaferro de sumar el volumen político que tiene en Morón. El pacto fue una declaración de apertura de los intendentes, que habían cuidado con recelo su derecho a lapicera en las internas legislativas. Como contó INFOCIELO, allí señalaron que buscarán ampliar la plataforma y, por qué no, sumar también a peronistas desencantados.
Tagliaferro, Lucas Delfino, o Gastón Di Castelnuovo oRita Sallaberry son algunos de los dirigentes que lograron imponerse en municipios ajenos, y que buscarán expandir los horizontes PRO en 2023. Esta vez, contarán con el visto bueno de los intendentes que ya no los ven como una amenaza, sino como los aliados claves para recuperarle terreno al radicalismo.
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