2) VILMA BARAGIOLA (sacudiendo la alfombra) Está en campaña y quiere que se note. Sumar al pedido del kukismo local planteado la emergencia educativa da el tono ciertamente. Ciertamente.

3) FERNANDA RAVERTA (un mundo de ilusiones) Niña bien, de cuidadas formas públicas, dice muy suelta de verba “la pobreza es futo de este gobierno, hay otra política posible”. Sí, ocultar la data como hizo Kicillof por caso, es posible.

4) MARÍA EUGENIA VIDAL (lejos de la sociedad) Llegó cual reina tristonia del conurbano a poner distancia entre ella y el resto. Solita en lo alto del acto del museo MAR. Sólo citas de forma y fotos con el vecino de San Isidro, que caprichosamente quiere entronizar como delegado suyo en la ciudad.

5) JOAQUÍN DE LA TORRE (conspireta mal) El intendente con licencia eterna de la municipalidad de San Miguel no deja de hacer de las suyas. Colegas de La Plata lo ubican como el líder de la movida que intenta imponer la elección desdoblada y el responsable de la creación de la línea “somos de Vidal”. Linda piedra para la honda.

6) RICARDO PAZ HERRERA (tremenda apuesta a la verdad) Héroe cívico. Se animó a lo que nadie se animó: investigó y denunció a los Eskenazi y su componenda con los Kirchner vaciando y robándose YPF. Un argentino de nota que debe hacerse notar.

7) VERÓNICA GONZÁLEZ (era ella no más) Era ella no más. Asesinó a su esposo y hay elementos para entender que asesinó a su hijo Gastón. Es de libro: el psicópata es el más difícil de descubrir, y el peor para encartar en una investigación criminal.

8) RODOLFO MOURE (qué momento) Fue por la más simple: a Gastón Bustamante nunca podría haberlo asesinado su madre. La idea misma de la santidad materna bloqueó —a decir de abogados de parte— el ver elementos objetivos que hubieran llevado a dar verdad en este caso. Bravo momento.

9) MÓNICA FELICES (un caso serio) En la vida y la política, la lealtad es un concepto que no puede olvidarse. Para eso hacen falta valores personales. Nadie puede dar lo que no tiene.

10) SERGIO ANDUEZA (cualquier colectivo lo deja bien)Llegó a la función pública con Cospelito, ahora lo convencieron de que “el tiempo de Arroyo terminó y ahora es el tiempo de Montenegro”. Estar siempre dentro del presupuesto exige sacrificios.