A mediados de la semana pasada, el gobierno nacional suscribió con una empresa canadiense un acuerdo para prolongar la vida útil de la central Embalse Río Tercero por otros 30 años, además de otras medidas tendientes a profundizar el desarrollo de la energía nuclear en el país.
La geóloga Nilda Marveggio, jefa del Departamento Regional Patagónico de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), informó que Chubut es, junto a Mendoza, una de las dos provincias con reservas certificadas de uranio, mientras que la exploración continúa en distintos puntos del país.
La explotación del mineral, catalogado también como combustible, está suspendida en el país desde 1997, por lo que las centrales nucleares que funcionan en Córdoba y Buenos Aires son abastecidas con uranio importado.
La CNEA funciona en Chubut desde 1956. En la provincia se han certificado 9.100 toneladas de uranio in situ, con 7.500 toneladas en Cerro Solo, mientras que se cuenta con otros cuatro yacimientos.
Actualmente, las centrales nucleares del país consumen 120 toneladas anuales, pero la geóloga advirtió que ese consumo se incrementará “porque entrará en funcionamiento Atucha II y está aprobada una cuarta central nuclear. Esto llevaría el consumo a 200 o 250 toneladas de uranio, que hoy es importado”.
Marveggio recordó que desde el año 2006 y por decisión del ex presidente Néstor Kirchner se reactivó el presupuesto para investigación y cuantificación de reservas de este mineral. Dijo que la decisión de suspender la exploración (en la década del 90) puede haber respondido “probablemente a razones políticas y económicas. Con el desarme de la Unión Soviética era más barato comprar el uranio. Ahora sale 124 dólares el kilo, y nosotros importamos 120 mil kilogramos”.
La exploración en busca de uranio se realiza, además de Chubut, en Santa Cruz, Río Negro, La Rioja y Salta. Reconoció que junto con la medición de las reservas de uranio se realiza también el de otros subproductos, como el molibdeno, igualmente importantes y utilizados por ejemplo para productos refrigerantes.
El uranio se explotó en los años 70
La geóloga explicó que el uranio de Chubut estuvo en explotación en la década del 70, en Cerro Cóndor y los Adobes, que aportaron 170 toneladas para Atucha I. Estos consumos dan la magnitud de la importancia de las reservas certificadas en la provincia, ya que alcanzaría para más de 30 años.
Sobre la posibilidad de exportar uranio, dijo que “todavía no está resuelto legalmente. Primero hay que abastecer el consumo nacional en todo caso. Todos los países declaran su producción; Brasil declaró 300 mil toneladas como reservas y nosotros, 16.900 en todo el país. Brasil no exporta (este mineral), sino que lo usa para el consumo interno”.
En el caso de las reservas de Chubut, explicó que Cerro Solo ocupa 700 hectáreas y el resto de los yacimientos, suman alrededor de 4.300 hectáreas.
“No usa cianuro y el consumo de agua es bajo”
La geóloga detalló que “la explotación del uranio no requiere el uso de cianuro”. Al referirse a los impactos, afirmó que cuando se determine “el tipo de planta a instalar” en Chubut –ante una eventual explotación del uranio- “se verá cómo son los impactos y cuánto se usará de agua y consumo eléctrico. Luego se pondrán en la balanza uno y otro impacto, e intervendrán Ambiente, el Instituto Provincial del Agua en Chubut”.
Sostuvo que “de todas formas nosotros como Estado nacional seguimos haciendo los estudios y tenemos que terminarlos. Determinar la factibilidad de explotación”. Agregó que “en los yacimientos nuestros solo trabaja la CNEA en exploración. Hay empresas privadas que hay pedido explorar otras áreas cercanas a la nuestra. Pero hasta ahora ninguno dijo que se hubieran certificado reservas de uranio”.
Sobre el volumen de consumo de agua que podría demandar la explotación de uranio, dijo que “como no está decidido qué tipo de planta de tratamiento y extracción se usará, esto aún no se sabe. Para citar un ejemplo, la planta de San Rafael (Mendonza) consume entre 6 y 8 litros por segundo. El agua se reutiliza en cada caso. Si lo mismo se pusiera acá y se usara el agua del rio Chubut –pese a que el yacimiento de uranio está en otra cuenca - hablaríamos de un volumen muy bajo, porque ese río tiene un caudal de entre 32 y 42 mil litros por segundo”.
Sostuvo que “dentro del Código de Minería los minerales nucleares tienen un apartado especial. Para nosotros es un recurso energético más que tiene el país. Como el petróleo, el gas. Se tiende a complementar con uranio las fuentes de producción (de energía eléctrica), sumándose a las hidráulicas y las que usan combustibles fósiles. En ningún momento hablamos de reemplazar estas alternativas” con la explotación de uranio.
Finalmente informó que a partir de la decisión política de reactivar la energía nuclear, la CNEA ha incrementado su presupuesto anual. Consultada si es inminente el inicio de la explotación de uranio en Chubut –para lo cual previamente se debe modificar la ley 5001-, consideró: “No diría inminente, pero sí resulta necesaria”.
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