El padre Ignacio celebra mañana el Vía Crucis más popular de su vida

El padre Ignacio celebra mañana el Vía Crucis más popular de su vida
El padre Ignacio Peries prepara los últimos detalles para encabezar mañana el Vía Crucis más multitudinario de su vida. A partir de las 20.30, se desarrollará la tradicional procesión por el barrio...
El padre Ignacio Peries prepara los últimos detalles para encabezar mañana el Vía Crucis más multitudinario de su vida. A partir de las 20.30, se desarrollará la tradicional procesión por el barrio Rucci que, esta vez, podría convocar a cerca de 400 mil personas. Así, se convertirá con creces en la más importante del país. El innegable magnetismo del sacerdote de Sri Lanka sumará el fervor que acaba de causar la designación histórica del Papa argentino, Jorge Bergoglio, un "amigo" de Ignacio. Pero la enorme expectativa no termina ahí: está previsto que la bendición final sea transmitida por televisión a todo el país y por internet al mundo. "Me podrá ver en vivo mi familia en Asia", dijo el cura emocionado a La Capital. Se viene un acontecimiento impresionante.

El máximo referente de la Cruzada del Espíritu Santo volverá a tener el mayor contacto con sus seguidores de todo el país en la recreación del Camino del Señor, como cada Jueves Santo. Pero el de mañana, el número 34, será especial. "Todos los años pasan cosas diferentes; es cierto siempre hay una multitud, pero ahora se agrega mucha gente que va a venir a rezar por el Papa. Vamos a pensar en Francisco que, humildemente, pide nuestra oración", dijo Ignacio a este diario en su parroquia de Mena 2284. En efecto, está convencido de que hay que darle al Sumo Pontífice "una respuesta como pueblo argentino", dijo Peries al recordar que cuando Bergoglio salió por primera vez al balcón del Vaticano pidió a los fieles que rezaran por él. Y la bendición final del Vía Crucis se enfocará en esa cuestión. "Francisco comenzó (su papado) con un gesto humilde; va a venir muchísima gente", insistió el sacerdote.

El incremento de feligreses que asisten a las iglesias argentinas viene dándose desde el fenómeno Bergoglio y Natividad del Señor no escapa a este panorama. "El Domingo de Ramos ví que había en la iglesia personas que nunca antes habían venido", contó Ignacio sorprendido. Y si bien reconoció que es difícil arriesgar cifras de antemano, recordó que en 2012 participaron unas 350 mil personas de la peregrinación por lo que no es ilógico pensar que esta vez habrá alrededor de 400 mil. ¿Se podría llegar a ese número?, preguntó este medio. "Sí", fue la respuesta tajante.

—¿Usted es consciente de que esta actividad es la más grande e importante del país?

—Creo que no hay otra así. No he escuchado comentarios de que haya una igual.

La magnitud que se hará evidente mañana ya obligó a que participen nada menos que 1.600 personas en la organización general, entre los colaboradores del cura y el personal oficial de la Municipalidad y el gobierno provincial (médicos, policías y agentes de tránsito, entre otros). Además, ya se diagramó el operativo de circulación de cortes y estacionamiento (ver infografía).

El padre Peries está al tanto de todo y le dio consejos a los fieles que pocos después de que anochezca comenzarán a seguir en masa a las tres grandes cruces y la imagen de María por el trayecto hasta el altar donde, sobre la medianoche, aparecerá el carismático hombre para impartir la bendición.

Respecto de que en ese momento lo acompañe el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, aún no hay precisiones porque la multitud podría demorar los plazos previstos. Es que el titular de la arquidiócesis local hará su propia recorrida en el Monumento a la Bandera y debe coordinar horarios para asistir al barrio Rucci.

"La organización está armada para que la gente venga y vaya con tranquilidad", estimó Ignacio antes de marcar que la ceremonia se caracteriza por su tranquilidad (a pesar de la multitud). "La gente viene a rezar y compartir la bendición de Dios; todos: el pobre y el rico, hasta los vendedores de choripanes piden la bendición. Es muy difícil que alguien concurra con otra intención. Los asistentes trabajan incluso pensando más allá de su función", sostuvo para ejemplificar que el involucramiento es total. Agradecido a quienes que lo ayudan (empresas e instituciones incluidas), el cura de Sri Lanka volverá a direccionar su pensamiento a los más necesitados: los enfermos y quienes requieren una palabra de apoyo. "Siempre me pongo del otro lado del altar", subrayó marcando su ligazón con la gente. Aunque, en esta oportunidad, también pensará especialmente en su familia que, por primera vez, podrá seguir en vivo el espectacular Vía Crucis. Y no sólo en Asia, donde nació, también en Alemania o Italia, donde viven algunos de sus siete hermanos.

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