Otras dos personas murieron ayer por la mañana arrolladas por colectivos en accidentes ocurridos con pocas horas de diferencia en Avellaneda y en el barrio de Pompeya. Ocurrió cuando el tema de la seguridad vial y el transporte público está instalado en la agenda en la Ciudad, ante la alarma generada por la sucesión de accidentes. La estadística llegó ayer a 22 personas muertas en lo que va del año en hechos con colectivos involucrados, sólo en la Capital, que es más del triple de lo registrado el año pasado a la misma altura del año.

El mes pasado –después de que sucedieron dos accidentes fatales en menos de doce horas– se habían reunido por este tema altos funcionarios de la Nación y la Ciudad, pero hubo pocos resultados concretos. Unicamente se anunció que se van a colocar GPS en los 9800 colectivos que circulan por la Ciudad, para controlar desde una central si respetan la velocidad máxima, pero aún no se sabe cuándo esa promesa se va a cumplir.

Funcionarios de Gobierno porteño aseguraron que ellos quisieron discutir temas como las jornadas de trabajo de los colectiveros y su capacitación –temas que están regulados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT)–, pero que no consiguieron instalar el debate.

Uno de los accidentes de ayer ocurrió aproximadamente a las once de la mañana, con el interno 33 de la línea 42, en avenida Sáenz y Traful, frente a la Iglesia de Pompeya. Según pudo comprobar este diario con los datos de su patente (CRQ045), el vehículo tiene seis infracciones pendientes de pago por violaciones de luz roja, tres de ellas en la misma esquina donde se produjo el accidente fatal.

Ayer, de acuerdo al relato de testigos a Clarín , el 42 venía por Sáenz desde el Puente Alsina y dobló con luz verde a la derecha por Traful, como le marca su recorrido. Lo hizo, sin embargo, demasiado rápido, y golpeó a una mujer que iba cruzando Traful. Una de las manteras que vende ropa en la plaza que está a pocos metros contó que la mujer quedó tirada en asfalto consciente, que tomó de una mano a una persona que se le acercó y comenzó a rezar, pero murió en pocos minutos, antes de que llegara la ambulancia. Entonces alguien la tapó con una bolsa. La esquina está en pleno centro comercial de Pompeya, por donde circulan más de 20 líneas de colectivo, en medio de una gran concentración de gente durante casi todo el día.

El accidente de Avellaneda ocurrió en la avenida Mitre al 2000, cuando un interno de la línea 98 esquivó a un motociclista que había tenido un problema mecánico y embistió a un hombre que había estacionado y acababa de bajarse de su auto. En la comisaría 1° de Avellaneda, dijeron que la víctima tenía 79 años y se llamaba José Iglesias Alonso.

Ayer seguía grave pero había experimentado una leve mejoría Magdalena Cordero, la mujer atropellada hace una semana por un 67, en Callao y Quintana. Así lo informaron a este diario en la casa de su hermano, el dermatólogo Alejandro Cordero.