Silvio Peralta es doctor en Ciencias Geológicas y director del Instituto de Geologìa de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan. Es uno de los encargados de realizar el inventario de glaciares en la provincia.
Sin embargo, todo este trabajo es solamente la punta del iceberg de un tema controversial en la provincia y en todo el país, que tiene como protagonistas por un lado, al desarrollo minero en la Cordillera, y por el otro, al cuidado de las reservas hídricas provinciales.
En San Juan, esta labor está siendo realizada por dos institutos universitarios. Silvio Peralta, director del Instituto de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas, Fìsicas y Naturales, es el responsable de uno de los equipos de trabajo. En diálogo con Diario El Zonda comentó los pormenores de las tareas que están llevando a cabo.
El primer informe
A fines de mes, los diferentes equipos de trabajo deberán presentar ante el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), un informe de avance con las tareas realizadas durante los primeros seis meses del año. Esta entidad es la que tiene a cargo la coordinación del Inventario de Glaciares en todo el país. Fue designada por el Gobierno Nacional a los efectos de la reglamentación de la Ley Nacional 26.639 de Protección de Glaciares y Ambiente Periglacial.
“El proyecto es complejo porque tiene aspectos de geología glacial y mucho trabajo de campo, que es fundamental”, explicó Peralta, quien especificó también que la prioridad de su equipo es enfocarse en los glaciares más cercanos a las zonas de influencia de los proyectos mineros y de las grandes obras de construcción. En su caso, son las correspondientes a las ubicadas en la cuenca del Río San Juan a saber: Pachón, Altar, Cenicero, Rincones de Araya y Los Azules. Peralta señaló que Casposo quedó excluido debido a que al estar en menor altura queda prácticamente afuera del ambiente glacigénico.
Los estudios de campo implican el trabajo en alturas por encima de los 3.500 metros y también de los 6.000 metros de altura, en donde tienen fuerte incidencia las condiciones climáticas y la salud física de los expertos.
“En cierta manera, este trabajo es para completar el relevamiento que se hizo en 2010, por el que se elevó un informe al Gobernador de la provincia, en el cual se mapearon 2.553 glaciares descubiertos”, afirmó.
El inventario tiene estrictas condiciones para ser realizado. De hecho, debe seguir las pautas impuestas por el IANIGLA, estipuladas en un manual de procedimiento editado por esa entidad. El informe final deberá ser homologado por el Instituto, el cual lo reenviará a evaluadores externos. Estos serán quienes deberán aprobarlo y mandarlo nuevamente al IANIGLA ya con la certificación correspondiente.
El inventario completo estaría listo entre el 2014 y el 2015, según las fuentes oficiales. Las condiciones climáticas adversas registradas durante el mes de mayo en alta cordillera retrasaron las tareas de campo, por lo que los responsables de los proyectos consiguieron un año de gracia para finalizar el trabajo.
Glaciares e importancia hídrica
La determinación de los diferentes tipos de glaciares, así como sus características, es de vital importancia en el inventario de glaciares.
Según explicó Peralta, existen tres tipo de glaciares: los blancos (descubiertos), que son el motivo del primer relevamiento que se realizó en San Juan en el 2010; los glaciares cubiertos, que son los glaciares blancos cubiertos de material rocoso y los glaciares de roca, que son los más frecuentes en San Juan por sus características climáticas. “Esos glaciares son un montón de roca que cuando en invierno nieva, esta se comienza a fusionar y a circular por los interticios de la roca y se congela. El hielo le da plasticidad y comienza a fluir como un cuerpo, por lo que cabe en la definición de glaciar”, explicó Silvio Peralta.
Son estos los glaciares que por estar a menor altura, los que también están en interacción con los emplazamientos mineros. “Nosotros ya hemos identificado varios glaciares de roca que están en zonas mineras. En algunos de ellos ya hicimos un trabajo, que corresponde a una segunda parte y que contempla una serie de estudios geofísicos”, señaló.
Estos estudios a los que se refiere Peralta son los necesarios para determinar qué cantidad de hielo tiene un glaciar de roca. “Esto es lo más importante porque si uno determina la relación hielo-roca, sabe realmente cuál es el valor como reserva hídrica de estos glaciares”, dijo el experto.
De hecho, este es uno de los aspectos más importantes relacionados con el inventario y la reglamentación de la ley de glaciares. La razón está en que el objetivo principal de la ley nacional es la de proteger aquellos glaciares que tengan valor como reserva estratégica de recursos hídricos.
Según señaló Silvio Peralta, los glaciares sujetos a protección son aquellos equivalentes a un glaciar de una hectárea, que en términos de volumen, implica aproximadamente 100 millones de litros de agua o 100 mil metros cúbicos. Para realizar este cálculo se debe analizar la cantidad de hielo que contiene un glaciar. “Ese cálculo se puede hacer porque con la tomografía sísmica uno puede determinar la presencia del hielo en un glaciar”, sostuvo, al tiempo que detalló otros métodos más directos para la realización de este cálculo.
De acuerdo con Peralta, otro aspecto a tener en cuenta es el aporte hídrico anual de estos glaciares al caudal del río. El experto explicó que los glaciares son como esponjas que en invierno se cargan y en verano se retraen, erogando el agua en lo que los técnicos denominan “caudales de fusión”.
Aquí es donde se genera otro aspecto importante porque los glaciares que mayor aporte realizan a las cuencas hídricas son los de roca, no los glaciares cubiertos, que en términos generales aportan entre un 3 y un 5% de agua.
La decisión final
La elaboración del Inventario de Glaciares implica únicamente la labor científico- técnica, necesaria para la reglamentación de la ley nacional. Esto quiere decir, y Peralta quiso ser muy claro al respecto, que la responsabilidad de definir la afectación de los glaciares por un emplazamiento minero es de los Gobiernos, que son los encargados de aplicar la normativa.
“Si encontramos que un glaciar de roca tiene una cantidad importante de hielo, nosotros haremos constar eso en nuestro informe y será responsabilidad del gobierno saber cómo va a obrar. Nosotros no obramos como policía minera, solamente damos información sobre si un cuerpo glacigénico es importante o no en función del contenido de hielo que tenga”, dijo el experto.
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