Servini de Cubría intervino el PJ nacional y la mayoría del peronismo puso el grito en el cielo. Por supuesto, hay otros que no, que festejan la decisión. ¿Cuánto tiene que ver el Gobierno? Para algunos, todo; para otros, nada. Cruces, discusiones, críticas: más grieta.
Como una bomba. Así cayó en el peronismo la intervención del Partido Justi-cialista nacional ordenada por la jueza María Servini de Cubría. Por si fuera poco, como para agregarle explosivos a la bomba, el interventor es, nada más y nada menos, el líder de los Gastronómicos, Luis Barrionuevo, un hombre que lejos está de ser la síntesis de la unidad; muy lejos. Para colmo, su designación genera la sospecha de la mano del Gobierno detrás de la maniobra.
Las históricas reuniones entre Luis Barrionuevo y Mauricio Macri, la relación entre Silvia Majdalani y el influyente Eduardo Miragaya (ver aparte), y la habilidad de Jaime Durán Barba para meter cuñas en troncos ajenos, se combinan para sospechar de la mano macrista detrás de la decisión de Servini. Claro está, desde Cambiemos hacen denodados esfuerzos por desligarse del tema, pese a que algunos festejaron en la Rosada.
Grieta, más grieta. Es lo que genera el marido de la diputada nacional massista Graciela Camaño, quien, por si no bastara con su nombre, a poco de cambiar la cerradura del edificio de calle Matheu dijo que los kirchneristas “no tienen nada que hacer en el PJ”, y agregó que “ellos armaron su propio partido: Unidad Ciudadana. Ellos, lo que quieren es usar al PJ de madriguera”.
Por supuesto, los peronistas están que trinan. Aunque no todos. Por caso, los más cercanos a Cristina hasta parecieran darle la razón a Barrionuevo. El jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, di-jo a este medio que lo que hizo la Justicia fue intervenir una simple “herramienta electoral”, que en las últimas elecciones, en Buenos Aires, sacó apenas cuatro puntos de la mano de Florencio Randazzo.
“Están los que luchan por los que no tienen nada y los que se entregan a los servidores del poder. En este caso han elegido a la persona ideal para poner la herramienta electoral del Partido Justicialista al servicio del Gobierno. Pero eso no modifica absolutamente nada”, afirmó el jefe comunal kirchnerista, que incluso antes del fallo de Servini de Cubría no tenía demasiadas ganas de una unidad absoluta.
A Cambiemos. Ahí apunta sin dudar el peronismo más peronista, el que jugó con Unidad Ciudadana pero no se considera kirchnerista. Sin vueltas, por ejemplo, el corrido titular del partido, José Luis Gioja, señaló que “hay una clara intención del Gobier-no nacional en la intervención del principal partido opositor, es una clara intromisión del señor Macri y sus colaboradores”. Sin vueltas, el sanjuanino apuntó al Gobierno.
En el mismo sentido se pronuncian los “compañeros” de la provincia de Buenos Aires. “Intervienen el partido por directivas del presidente de la Nación; a él le sirve todo lo que tenga que ver con abrir grietas, y mucho más en lo concerniente al partido opositor más importante, el único que puede pelearle la reelección. Es muy doloroso lo que está sucediendo”, indicó el jefe comunal de Benito Juárez, Julio Marini.
En tanto, su par de Laprida, Alfredo Fisher, expresó que “si esto es una maniobra del Gobierno o de una jueza que quiere hacer algo en favor de un oficialismo en claros problemas económicos, sociales y políticos, es muy preocupante”. Añadió que “estamos preocupados porque nos llegan comentarios que dicen que hay compañeros peronistas que están a favor de la intervención; no lo podemos creer”.
¿Compañeros a favor de la intervención? Sí, claro. La grieta, la mismísima nueva grieta. Al mismo tiempo que el dividido PJ pronuncia hasta el hartazgo la palabra “unidad”, como por arte de magia, desde la Justicia o desde la política, se genera una nueva división, que, en realidad, no hace más que profundizar la ya existente. Pues, más allá de la intervención, es difícil imaginar que kirchneristas o peronistas de Unidad Ciudadana confluyan en un mismo espacio con el propio Barrionuevo, el expresidente Eduardo Duhalde o el analista renovador Julio Bárbaro.
“Me parece horrible que digan que esto es del Gobierno. Durán Barba hubiese aconsejado que lo dejen a José Luis Gioja por veinte años; si mientras él esté ahí, ese partido no gana ni a la bolita”, dijo el mencionado Bárbaro, quien, vale remarcar, es cercano a Barrio-nuevo; y resaltó que “si Macri tiene un sueño, es que Gioja se quede doscientos años, porque es la muerte del peronismo. Esto que pasó reactiva al partido”.
Por supuesto, en similar dirección se pronuncian los integrantes de Cambiemos (N de la R: sería el colmo que dijeran lo contrario), aunque, preferentemente, en off. Una de las pocas excepciones fue la del presidente de la bancada oficialista en el Senado bonaerense, Roberto Costa, quien destacó que “la decisión de la jueza no tiene que ver con política ni con políticos”. Y agregó: “Si alguien está informado sobre algún juez que base sus fallos en este tipo de cuestiones, que nos avise, para denunciarlo”.
Por su parte, el uno del Pro, Humberto Schiavone, comunicó que pensar y/o decir que el Gobierno está relacionado a la intervención del PJ “es un disparate”. Fundamentó tal afirmación en que “no tenemos ninguna posibilidad de hacerlo. Es probable que Gioja esté pensando con una lógica anterior”. Por su parte, el ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, también se expresó sobre el tema y dijo que “no hay nada más distante que una intervención del Gobierno en esta cuestión”.
Apelación mediante, los días del peronismo se han vuelto más agitados de lo normal, y a las disputas de siempre se suman las opiniones a favor o en contra de la gestión Barrionuevo, y del apellido Barrionuevo. Y eso que todavía no se discute en términos electorales, que 2019 parece aún lejano. Seguramente, porque se trata del siempre inentendible pero-nismo, el recelo será cada vez más grande. ¿O esta vez se equivocan, se acomodan y se unen?
¿Un antecedente que puede perjudicar al otro partido tradicional?
En su fallo, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría entra en consideraciones políticas que quienes se sienten perjudicados por la medida critican con dureza. En un párrafo, la magistrada señala que “los adversos resultados electorales obtenidos en los dos últimos procesos electorales (2015 y 2017) han profundizado la división interna que venía gestándose con antelación”.
No es la única opinión sobre la actuación electoral del PJ. Añade que “la derrota en los comicios presidenciales, así como el fracaso en el acto electoral para elegir gobernador en el distrito más grande del país, han provocado una crisis en la conducción partidaria difícil de superar”. Y también marca que “el grado de división alcanzado”, en el futuro “podría afectar la propia existencia del partido”.
Un letrado avezado en temas jurídicos que responde al PJ aseguró que la jueza se inmiscuye demasiado en la cuestión interna, y que es un antecedente peligroso para otras fuerzas políticas. El abogado advirtió que “parece que nadie se da cuenta (en referencia a los demás partidos), pero con este criterio, por ejemplo, cuando el PRO comience a hacer las listas y algún radical se sienta perjudicado, va a hacer una presentación judicial y le va a intervenir el partido. Esto sienta un precedente para la intervención futura del partido radical”.
No pocas voces en el PJ coinciden en que mencionar la pérdida de elecciones es un argumento demasiado endeble para determinar la intervención. “Si fuera por eso, la mayoría de los partidos políticos en la Argentina deberían estar intervenidos o tendrían que haber desaparecido”, es la réplica más escuchada.
Comparación con la época más oscura
La jueza Servini no le puso un tiempo a la intervención, y eso, también, genera malestar en el peronismo. Con una comparación plagada de ironía y doble sentido, un dirigente ligado a las cuestiones electorales del partido sentenció: “La jueza no le puso tiempo a la intervención; es como en el Proceso Militar, ¿te acordás?: en aquella época decían que el proceso tenía objetivos pero no plazos”.
Consultado sobre cuáles serían los objetivos de esta intervención, el mismo dirigente fue categórico al afirmar que “el objetivo es romper todo, hacer mierda el partido”.
Omar Gadea: “Nuestra intención no era que intervengan el partido”
-Finalmente se intervino el PJ nacional, algo que ustedes, desde Justicia y Dignidad Peronista, pedían hacía rato...
-En cierto modo fue una sorpresa. Nuestra intención no era que intervengan el partido, sino que nos llamen a conciliar para poder llegar a un acuerdo. No somos quiénes para echar a unos y poner a otros. Pedíamos lo que en la época del kirchnerismo fue imposible: sentarnos a negociar. Ahora, con la intervención, lo único que cambia es el escenario, seguiremos discutiendo con el sector que tiene como interventor a Luis Barrionuevo, un hombre con quien veníamos hablando y que cuenta con una gran experiencia.
-¿Y el PJ bonaerense?
-Menéndez no llegó a la presidencia de manera correcta. De las ocho secciones electorales, sólo se hicieron elecciones en dos, y de 135 distritos, sólo hubo comicios en 25; por lo tanto, su presidencia no tiene legalidad ni legitimidad.
-¿Y ahora, cómo va a ser el PJ nacional?
-Lo que viene es una normalización, que con Eduardo Duhalde venimos trabajando hace mucho tiempo.
-¿Va a estar Duhalde en este nuevo PJ?
-Sí, claro. Van a estar todos los que quieran sumarse y recuperar el Partido Justicialista. Incluso los dirigentes de Unidad Ciudadana, como el caso de Cristina Fernández, que, si se vuelve a afiliar, también va a poder ser parte. Obviamente, aquellos que dejaron al PJ de lado en las elecciones anteriores tendrán que esperar su turno y en los próximos comicios internos ser candidatos dentro del partido.
Por qué Barrionuevo: la jueza, la SIDE y Pichetto, entre algunas de las versiones
Muchos son los sospechados detrás de la intervención. Algunas miradas desconfiadas se posan en Eduardo Duhalde, mientras otros apuntan que Miguel Angel Pichetto no sería ajeno al movimiento que se estaba gestando en la Justicia. Acusaciones hay varias,
pruebas que las avalen, ninguna.
Pero hay quienes sostienen que quien más influyó en la jueza Servini para que Luis Barrionuevo sea elegido interventor del PJ nacional fue el fiscal Eduardo Miragaya, vinculado a la número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvia Majdalani, quien lo designó director de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera.
Desde el PJ dijeron a La Tecla que “Miragaya es un funcionario que está en la (ex) Side y que trabaja cercano a María Servini; es posible que tenga algo que ver”. Pero, además, una fuente del partido aseguró que “un hermano de Eduardo Miragaya es empleado del Partido Justicialista puesto por la jueza Servini”.
Otra versión indicó que quien decide que sea Barrionuevo es la propia Servini, “porque no tenía otro para poner”. Ante esta afirmación, la repregunta inmediata es: “¿No hay demasiados peronistas como para decir que no había otro para poner?”. Quienes defienden la postura de que fue una decisión propia de la jueza agregan que “no puede ser de otra manera, no hay tipo que rechace más el Gobierno que Barrionuevo; Macri no quiere saber nada”.
Todo seguiría igual…
Las autoridades del PJ nacional tienen mandato hasta el 2020, y no hay ninguna
anomalía, según los letrados que llevaron adelante la apelación al fallo de Servini. Si la Cámara da lugar a la apelación, vuelven a tomar el mando las autoridades actuales.
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