Al respecto, recordó que en Santiago han sucedido dos temblores en las últimas semanas, uno de ellos de regular intensidad, siendo advertido por toda la población, aun habiéndose producido en horas de la madrugada. “No deberíamos continuar tomando a un sismo como el comentario del día y después olvidarnos nuevamente del problema, hasta el próximo movimiento telúrico; no tendríamos que esperar que ocurran pérdidas de vidas humanas y de importantes daños materiales para pasar a tomar las medidas necesarias”, advirtió.

“La acción que cabe es solamente preventiva, ya que los sismos, en el estado actual del conocimiento, no pueden prevenirse, ni anticipar su ocurrencia, tampoco predecir su intensidad, como también se desconoce la frecuencia de ocurrencia. La alternativa es levantar edificios y demás construcciones seguras, diseñándolas para soportar las solicitaciones dinámicas producidas por los sismos, lo cual sí está suficientemente estudiado, así como los métodos de cálculo”, remarcó.

En tal sentido, precisó: “Si bien la provincia está catalogada, en su mayor parte, de sismicidad leve, el desconocimiento de los factores indicados precedentemente, no nos autoriza a quedar tranquilos suponiendo que nunca ocurrirá un sismo de mayor intensidad. La mala calidad de los suelos presentes en la mayoría del territorio provincial, es un agravante al efecto de los sismos sobres las construcciones”.

Iraolagoitía indicó que actualmente en Santiago no es obligatorio el cálculo de los edificios teniendo en cuenta la acción de un sismo, al momento de la aprobación de la documentación técnica. “Esto se debe a que, hasta tanto la provincia no adhiera a la legislación nacional vigente, no es obligatoria la verificación de las estructuras a la acción de un sismo”, remarcó.

Agregó: “Es evidente que hay una mayor frecuencia de los desastres naturales, como lo muestran las inundaciones que provocan nuestros ríos Dulce y Salado. Para atenuar estos efectos, sería conveniente elaborar un proyecto hídrico global, para que en el mediano plazo puedan controlarse los caudales excedentes, atenuándose los efectos de las inundaciones, mediante la construcción de canales y diques que permitan contener estos volúmenes de agua excedentes de esta época, y poder utilizarlos posteriormente en el riego de las tierras, con lo cual se incrementará el área productiva de la provincia”.