Fue identificado como Cristian Lorenzo Acacio el trabajador petrolero que halló horrible muerte cuando la camioneta que conducía, una Toyota Hilux perteneciente a la empresa de servicios BJ, se precipitó al mar desde el cerro Punta Peligro en la tarde-noche del miércoles. Su cuerpo recién pudo ser recuperado ayer al mediodía, apenas la bajamar permitió el ingreso de los rescatistas.
Caleta Olivia (agencia)
Inicialmente, cuando se produjo el terrible accidente, alrededor de las 20:20 de la antevíspera, existía incertidumbre acerca de la cantidad de personas que viajaban en la camioneta doble cabina e incluso la llegada de la noche y la marea, que fue cubriendo el rodado, hicieron imposible a los primeros equipos de rescate poder conocer cuántos cuerpos había en el interior del habitáculo.
La Toyota conducida por Cristian Acacio (35) circulaba por la ruta 3 desde Comodoro Rivadavia hacia Santa Cruz, confirmándose luego que se dirigía hacia Las Heras.
De acuerdo a conductores de otros vehículos que habrían sido circunstanciales testigos, giró normalmente en la curva en “U” de Punta Peligro, dos kilómetros después de haber transpuesto la subcomisaría Ramón Santos. Descendía por la ladera sur del cerro a una velocidad de no más de 50 kilómetros por hora.
Por causas que se tratan de establecer, se fue hacia la izquierda, cruzó de carril hacia el precipicio que da al mar y se desbarrancó, sin que en el lugar se hubieran encontrado huellas de frenadas.
IBA A CONTRAER
MATRIMONIO
Compungidos, familiares directos del joven petrolero no encontraban explicación a lo sucedido ya que -según comentaron a Diario Patagónico- Cristian había dormido bien y era muy responsable al conducir. Se dirigía a Las Heras porque lo habían llamado de la empresa para que condujera un camión, algo que habitualmente hacía.
El joven trabajaba en BJ desde hace aproximadamente 5 años, residía en la avenida Kennedy al 1.800 del barrio Ceferino Namuncurá de Comodoro Rivadavia y además tenía previsto contraer matrimonio en un mes más.
También señalaron que hace aproximadamente cuatro meses, cumpliendo con estrictas disposiciones de la empresa, se sometió a un chequeo médico en el cual no acusó ninguna afección cardíaca u otro tipo de dolencias.
De allí que, por los dichos de los familiares, estarían descartadas las hipótesis de que hubiera sido vencido por el sueño o que sufriera algún paro cardíaco, aunque ello será determinado fehacientemente por los médicos forenses.
Otra de las probabilidades es que haya existido una falla mecánica, o bien que se haya parado el motor por alguna circunstancia, aunque ello también resultaría improbable porque se trataba de una unidad de modelo reciente.
DIFICILES MOMENTOS
Ayer al mediodía, apenas las olas dejaron un sinuoso corredor a lo largo de la base del acantilado del cerro, los equipos de rescate se fueron introduciendo unos 400 metros, hasta llegar a la camioneta que estaba en posición invertida y convertida en una informe masa de chapas y hierros retorcidos.
A pocos metros de la misma, se encontraba el chasis de otra camioneta que cayera hace varios años, aunque los memoriosos recuerdan que no fue un accidente sino que la misma fue arrojada ex profeso por un sujeto que intentó “desaparecer” de la escena pública y de numerosos acreedores.
Además de policías santacruceños, hombres de Prefectura de Comodoro y Caleta Olivia y de Defensa Civil de Comodoro, el equipo de rescate estuvo conformado, sobre todo, por trabajadores de la empresa BJ, muchos de ellos amigos o allegados a Cristian Acacio.
Desde arriba, en la ruta, dos grúas, una de TPP y otra de la empresa Dos Santos e Hijos, estaban listas para dar su apoyo, aunque no se las utilizó para el rescate del cuerpo, aunque si se preveía que más tarde iban a izar la destruida pick up.
GRAN PESAR
Diario Patagónico fue el único medio periodístico que cubrió la triste alternativa y pudo observar que entre los rescatistas también se hallaban el padre de Cristian, otros familiares directos y jóvenes amigos, algunos de los cuales en un momento no pudieron contener su llanto.
En principio, como no se podían abrir las puertas o forzar otra parte de la estructura del habitáculo, los rescatistas jalaron la pick up con una gruesa soga hasta voltearla casi en posición normal. Inmediatamente retiraron el cuerpo y lo colocaron en una camilla rígida al tiempo que algunos hombres se quitaban sus prendas para cubrirlo.
En todo momento, otro grupo del personal de la comisaría Ramón Santos realizaba un operativo de tránsito en la ruta, debido al gran movimiento de autos de familiares, grúas, vehículos de empresas y de organismos de seguridad.
A las 12:05 el cuerpo del infortunado trabajador fue trasladado a través del agua que le llegaba a la cintura a los rescatistas. Fueron otros 400 metros de gran congoja, más aún cuando llegaron a la playa de arena, cerca de donde existen dos grandes grutas marinas naturales, donde aguardaban otros familiares del extinto trabajador.
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