Torturado junto a los Graiver, Caraballo dice que esa familia y el Gobierno tergiversan la historia
"Cuando regresé a la Argentina, me enteré de que habían detenido a los Graiver, que habían vinculado políticamente a Gelbard con Montoneros y los Graiver, y entonces me buscaron a mí. Vinieron a casa, me secuestraron", sintetiza.
Lo que siguió fueron dos semanas desaparecido y casi ocho meses detenido, mientras era torturado, hasta que recuperó la libertad en noviembre de 1977, después de pasar por varios centros de detención: Puesto Vasco, Pozo de Banfield, la comisaría de Banfield y el Departamento de Policía. En ese periplo, volvió a ver a varios miembros del Grupo Graiver.
-¿Usted se había contactado antes, estando en libertad, con alguno de los Graiver?
-Me había encontrado una vez con Lidia, en 1977, en las oficinas que tenían ellos cerca de la plaza San Martín. Yo fui porque a Gelbard le debían seis millones de dólares y [Gelbard] tenía una carta en la que [los Graiver] le daban en garantía las acciones de un banco en Bélgica [por el Banque pour l´Amerique du Sud]. Pero yo había estado averiguando y ese banco no valía nada?
-¿Por qué Gelbard le encargó el cobro de esos millones?
-Yo era su abogado y viajé a Nueva York a verlo. David Graiver ya había muerto [en agosto de 1976] y Gelbard estaba preocupado por recuperar su dinero. Según me contó Gelbard, Graiver tenía un piso enorme en el Olimpic Tower , en la Quinta Avenida de Nueva York. Allí trabajaba la gente que lo había asesorado para comprar. Ellos le aconsejaron a la familia Graiver que vendiera todo, que estaban en un despelote.
-Y entonces usted vuelve de Nueva York y decide ir a ver a?
-A Lidia Papaleo, con una carta de José, en la que le comunicaba que "Gustavo le va a hablar para ver cómo solucionamos el asunto". Entonces, ella me ofreció empresas del Grupo: una empresa de ollas a presión, una fábrica que hacía jeringas y el 50% que tenía en La Opinión , el diario. Cuando le comuniqué la oferta, José me dijo que ni loco, que en eso estaba [Jacobo] Timerman. Entonces, yo, que había viajado a Estados Unidos para comunicarle a Gelbard la oferta, di por terminadas mis gestiones y ahí, tres, cuatro días después de volver, me secuestraron.
-¿Adónde lo trasladaron?
-En ese momento, no lo supe porque estaba encapuchado. Al día siguiente, llegó el coronel Camps, se presentó y me preguntó si Gelbard era el dueño de La Opinión , de Papel Prensa y del Canal 2 de La Plata. Le dije que no y montó en furia. Se puso loco y a gritar: "¡Interróguenlo!".
-¿Por qué Camps quería saber si Gelbard tenía algo que ver con Papel Prensa?
-Los militares creían que Gelbard era una suerte de jefe de los Montoneros o el financista de Montoneros. No olvide que era judío, extranjero, comunista? era como el diablo para las Fuerzas Armadas.
-¿Vio a los Graiver mientras estuvo detenido/desaparecido?
-Sí, claro. Vi a Juan e Isidoro Graiver y a Lidia Papaleo. A ella hablé en la comisaría. Nunca me dijeron que les habían preguntado por Papel Prensa. Yo hablaba con ellos para saber si alguno me había metido en algo raro por maldad o por interés en algo que yo no tenía. Eso era básicamente lo que yo quería saber cuando nos encontrábamos.
-¿Nunca le comentaron que los presionaran por Papel Prensa?
-No, nunca hablaron de Papel Prensa. Pero recuerde que para ellos Papel Prensa era un hecho consumado. La habían vendido. Sus asesores le habían recomendado eso. Papel Prensa no se vendió porque el Ejército dijera "firmá acá". Eso es falso.
-¿Por qué decidió salir al cruce, ahora, de la versión que difunde el Gobierno sobre Papel Prensa?
-Porque están ligando la persecución a los Graiver con los diarios, como que fueron medio responsables. Eso es mentira y me pareció correcto ajustarlo a la realidad.
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