Las protestas sorpresivas recuerdan el estallido en Europa del Este. Cuáles son las coincidencias en los reclamos de mayor apertura.
“Hay paralelismos y situaciones similares en el caso tunecino, egipcio y en el de otros países árabes. Es enorme el descontento de la juventud hacia los regímenes antidemocráticos que se perpetúan en el poder hace varias décadas. Además, muchos de esos gobiernos están vinculados a la élite que monopoliza los recursos del Estado”, afirmó a PERFIL Ignacio Alvarez Ossorio, catedrático de la Universidad de Alicante y especialista en el mundo árabe.
En Yemen, el país más castigado por las protestas populares después de Túnez y Egipto, el gobierno ordenó ayer a los manifestantes poner fin a las movilizaciones esgrimiendo el fantasma de una nueva división del país. En una reunión encabezada por el presidente Ali Abdulá Saleh, en el poder hace más de treinta años, el Congreso General del Pueblo (CGP) consideró que evitará “que el país sea arrastrado a un conflicto o una sedición”. En los últimos días, miles de personas, inspiradas en las revueltas de Túnez y Egipto, habían salido a las calles para pedir la renuncia del omnipotente presidente.
Mientras tanto, en Túnez ayer reinaba por primera vez una relativa calma, luego de que el viernes las fuerzas de seguridad tunecina lanzaran gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Las protestas contra el costo de vida y en reclamo de reformas políticas también sacudieron a Arabia Saudita y Jordania, donde agrupaciones de izquierda reclamaron la renuncia del primer ministro Samir Rifai. En tanto, en Siria el presidente Bashar al Assad ordenó durante el jueves bloquear la página de Facebook con un apagón informático.
“Hoy por hoy todos estos levantamientos lucen bastante parecidos, como sucedió en Europa del Este en 1989 tras la caída del Muro de Berlín. Pero al igual que en Europa, cada país saldrá de la crisis de forma distinta, con políticas que reflejen el estado de desarrollo institucional y educativo de cada nación. El mundo árabe es en cierto modo más diverso que Europa del Este y, por lo tanto, los Estados Unidos deberían prestar atención a la singularidad de la situación política e histórica de cada país al diseñar su política exterior”, opinó en Foreign Policy el analista político Robert Kaplan. Desde Alicante, Alvarez Ossorio concordó con el norteamericano: “Estamos en escenarios comparables con lo sucedido en Europa. Sin embargo, en el mundo árabe hay una tradición despótica, represiva y autoritaria que será muy difícil revertir”.
En un asombroso paralelismo, manifestantes en El Cairo recordaban ayer la célebre frase pronunciada por el ex presidente Ronald Reagan en Berlín, cuando pidió a Gorbachov que “tire abajo este muro”. Y evocaban el dardo que Barack Obama envió a Mubarak al exigirle que restablezca las comunicaciones y respete la libertad de asociación y expresión
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